Señala que es un contrasentido biológico el querer devaluar la continuidad y por lo mismo interrumpir esa maravillosa entidad que es la vida humana desde el inicio. Añade que lo investigado, desautoriza toda intención de establecer plazos vitales y de aquí la barbaridad que supone el trocear teóricamente la vida y peor aún, en la práctica, el descomponer su sentido abortando el organismo vivo y por lo mismo: matándolo. Dentro del sentido biológico, la errónea proposición y/o aceptación de periodos aislados basándose en forma exterior, nos llevaría a tener que considerar por ejemplo, que un niño no "es el mismo ser vivo" a los 2 meses de nacer que cuando le salgan dientes, o "él mismo sujeto" cuando aparezca la indefinida fase iniciadora de la adolescencia etc. Las afirmaciones van acompañadas de citas de autores e investigaciones que las avalan. La segunda parte de este artículo se centra en la singularidad del ser humano, como ser racional. En el humano se detectan y podemos diferenciar como distintiva, la fusión de dos condiciones: una base biológica y una particularidad de "razón de ser" y espiritual. Sobre este hecho singular se extiende el Prof. Abadía en el siguiente artículo.