En la semana trágica para la vida… un latido cercano

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Por José Manuel Belmonte (Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa)

 

La carbonizada torre Grenfell, en el Reino Unido, ha dejado el dramatismo de humo y fuego, pero también imágenes inolvidables.  ¿ Hay milagros en la oscuridad y el fuego? Dicen que los hay en todas partes.

Esa torre marcaba la sutil línea divisoria, entre las mansiones millonarias y el habitáculo de los «desfavorecidos».

En la noche, una madre luchaba con el fuego y la vida de su hija.  Se encontraba en un quinto piso.  Según lo que ha trascendido (The Daily Mirror) el piso estaba lleno de humo sobre las 2 de la mañana. El fuego avanzaba imparable. «La madre tenía la cabeza de la niña envuelta en una toalla y  asomada por la ventana pedía ayuda».

Abajo, un vecino de unos 40 años llamado Pat gritaba: «¡suéltala , no te preocupes que yo la cojo!» La madre, abrazada a su hija, respondía: «no, no, no puedo, no puedo». Pat intentaba convencerla y tranquilizarla.

Al poco, la niña caía desde allí. La respiración y el corazón de los testigos presenciales se detuvo unos segundos eternos.  El hombre logró atraparla contra su pecho, como si fuera una pelota de rubgy. La pequeña chillaba con todas sus fuerzas, pero no sufrió daño.  Las miradas volvieron a dirigirse a la ventana. No se veía a nadie. El piso estaba en llamas. Una testigo de la escena dijo: «¡no creo que su madre haya sobrevivido!»

La muerte y la vida, tan cerca o tan lejos. ¡El amor… tan grande! Asomada al vacío, lamadre entregó su último latido a su hija para que viviera. Y… la pequeña vive.  ¡Qué difícil!

De la mole Grenfell carbonizada, salieron muchas llamadas a seres queridos. Una joven llamó a casa de sus padres y les dijo que estaba atrapada por el fuego. Grabaron sus últimas palabras: «¡mamá, me estoy muriendo… gracias por lo que has hecho por mí

La otra gran tragedia del fuego en el fin de semana tenía lugar en Portugal. El devastador incendio no ha podido aún ser controlado y el número de víctimas, también es  sobrecogedor.

Ojalá Dios acoja a las víctimas y ayude a los familiares de esa pérdida terrible.

Latidos cercanos que salen a la calle, para que se vean.

Otras torres, con otros latidos, se ven cada día en la frontera. En la frontera de la vida o la muerte. Como sucedió en esa torre, hay más latidos. Ante la indiferencia ajena y la oscuridad propia. ¿El corazón se escucha?

En varios países se ha escenificado esa verdad y la han colgado en youtube.  Ese latido de una vida resuena infinito, simple, acompasado. Quieren que la sociedad en general y  la embarazada en particular entiendan que: la ecografía no es ni más ni menos que lo que hay en el vientre de la mujer en el instante de hacerla. La mujer (o los padres de la criatura, si lo desean), pueden verla y también escuchar el corazón que late en su interior. Ese latido es el de una vida que desea ser escuchado y si fuera posible «querido».

De mil formas sutiles, han tratado de que no se vea, de que no se escuche. «Lo que no se ve no existe». «Lo que no se escucha, tampoco». Por eso han montado una cortina de manipulación y humo para que la embarazada se convenza que «no hay nada»; «un grupo de células», aseguran (mintiendo) sociedades y empresas interesadas. Leyes que amparan la desigualdad del fuerte contra el débil.

Si a pesar de todo el secretismo, alguna mujer se atreviera… si en el desconcierto de un embarazo inesperado, quiere saber y pregunta, le responden con una jerga de derechos de la mujer y de plazos legales; o con evasivas. «Sin dejar que lo vea»,  «sin dejarla escuchar» ¿Puede decidir «con conocimiento de la realidad»?

Ese latido de la ecografía es «la voz del corazón». Es la voz de quien aún no tienen voz, pero está ahí. Sí, es alguien. Sí, es visible. No se esconde aunque lo quieran esconder.

¿Qué sabe nadie de la generosidad que bulle junto al miedo, en las entrañas de una madre, por muy joven que sea? En la torre carbonizada de Grenfell, quedó claro. En la torre oscura de la individualidad, se libra una lucha de esperanza o de incertidumbre y vértigo.

Ella decidirá lo que quiera, ¡por supuesto! Es libre y lo será siempre. Pero no se trata de «su cuerpo», ni de «su corazón». Es el cuerpo de su hijo. El corazón que late, es el de su hijo. ¡Que la vista y el oído,- dos sentidos suyos clave-, no la engañen! Late con fuerza, ¡no está sola!

LA MARCHA POR LA VIDA 2017, tenía por lema: «un latido, una vida».

«Convocada por Derecho a Vivir, la #MarchaVida ha contado con la adhesión de cuarenta y nueve asociaciones españolas y extranjeras unidas en torno al lema: «Un latido, una vida».

Un pequeño grupo de organizaciones y voluntarios apoya a los niños en el vientre materno,  porque«todos tienen derecho a vivir« (Art. 15 de la Constitución).

Marchas por la Vida, ha habido en muchos países. Pero no han surtido el efecto deseado. En España, por ejemplo, siguen muriendo cada año cerca de cien mil niños en el vientre materno, según los datos oficiales. Los protagonistas de esos latidos, están amenazados, por las leyes políticas que permiten acabar con su vida impunemente, legalmente. Financian el aborto -un gran negocio- con dinero de todos.

Han retirado el debate del aborto porque no interesa ni a la política ni a los medios. Sin embargo muchas mujeres (y su pareja) necesitan ideas claras, orientación, posibles alternativas y en algunos casos apoyo económico y social. Sobre todo, no sentirse solas. ¿Por qué el silencio?

Los profesionales médicos, en general, tienen horarios limitados. Informan de lo suyo y poco más. Cuando el tiempo pasa y la mujer (o la pareja) no vuelve a la consulta, «imaginan lo que ha sucedido». La realidadterrible es que 300 niños mueren cada día, sin que nadie haga nada, sin que nadie levante la voz, en una sociedad aletargada, o indiferente.

¿Cómo es posible? ¿Hay alguna clave?

La Doctora Gádor Joya ha dicho: «La dificultad está en que luchamos contra un lobby muy poderoso interesado por lucrarse con el aborto, junto a una sociedad que muchas veces se dedica a mirarse su ombligo y su bolsillo.Eso hace que tengamos que estar más tiempo librando esta batalla, pero nos anima la certeza de un triunfo seguro».

Y los políticos de aquí?

«No les interesa escucharnos porque creen que les restamos votos».

 O sea, -si he entendido bien-, les interesan más los votos que las vidas de quienes no pueden votar; o les preocupa que la sociedad despierte, se movilice y se manifieste.

La batalla es «a vida o muerte» en todos los países. La batalla es ética y humana. Es la ideología de la muerte contra la confianza en la vida. Los políticos piensan que pueden contrarrestar a un grupo pro-vida, pero Internet es un arma poderosa y tienen miedo.

Hay una idea clave  simple y clara:

 “Queremos que cuando se haga la ecografía, la mujer la vea y la oiga” (G. Joya).

¿La ecografía puede salvar vidas?

Sí. Lo afirmaron rotundamente, Isabel, y Miriam, al final de la Marcha. Isabel dijo que se había quedado embarazada con catorce años. Acudió a un centro abortista de Palma de Mallorca acompañada por su madre, y que allí, el latido del corazón le salvó.  “En el momento de la ecografía, escuché un ruido y pregunté qué era. Me contestaron que era el latido del niño. Al salir le dije a mi madre que quería seguir adelante con mi embarazo porque había escuchado el latido del bebé”.  “Hoy,  mi hijo, que se llama Jaime, tiene veintiún años”.

Pero, la ecografía también permite «ver». Miriam dijo a los asistentes que tiene 17 años y que al enterarse de que estaba embarazada… «Fui a un centro abortista, y mientras me estaban haciendo una ecografía apartaron el monitor para que no pudiera ver al bebé. Era un lugar triste, como un velatorio. Me pidieron 100 euros por la ecografía y 500 si me practicaban el aborto. Sólo les interesa el dinero”.

Cada vez hay más familias, que tienen la ecografía del feto de su bebé, encabezando el álbum de fotos con su nombre.

Son testimonios elocuentes que pueden ayudar a hacerse una idea real de lo que sucede. ¿Por qué no permiten y fomentan los debates públicos y plurales sobre el tema del aborto o la objeción de conciencia o las ayudas sociales? Ayudaría a ser conscientes.

Debate ha habido, pero en la Sede de la principal Organización convocante de la MARCHA POR LA VIDA. Se trata de un debate de Actuall, que amablemente han subido a YouTube. Lo comparto para que personas de cualquier país, lo escuchen y vean cuando puedan. Fue emitido en directo el 13 de junio con el mismo lema: «Un latido, una vida».

Está moderado por su director Alfonso Basallo y ha contado con la doctora y portavoz de Derecho a Vivir, Gádor Joya; la doctora especialista en cardiología infantil Mónica Rodríguez; el coautor del libro «Ángeles en la tierra«, Pablo Gutiérrez; la sobreviviente de un aborto, y miembro de la asociación provida AESVIDA y cantante, Reme; el historiador, profesor y analista Fernando Paz y el Presidente de HazteOir.org, Ignacio Arsuaga.

Que cada uno saque sus conclusiones. Es claro e instructivo. Nunca se debe olvidar que «todo pasa por alguna razón», y que aunque la vida no sea siempre fácil, merece la pena. Tal vez el mayor reto sea ¡vivir y dejar vivir!

El resumen de la semana trágica. En  el Reino Unido tragedia y… acusana May de «falta de humanidad».

En Portugal, tragedia, y despliegue de equipos de psicólogos para atender a los supervivientes, «en estado de shock» ya que han perdido a familiares en los incendios.

En España, sin justificación concreta, han apagado el latido a 1.923 niños.  Aunque unos locos han denunciado esa tragedia, los políticos y los medios, los han olvidado.

En el Mundo,  la misma suerte han corrido esta semana 865.384 bebés. Lo han vendido como «salud sexual y reproductiva» y «empoderamiento de la mujer.  ¿Humanidad?

CíViCa
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Ciencia | Cultura | Vida Asociación de Investigadores y Profesionales por la Vida.