Publicado en Observatorio de Bioética el 18 de Abril de 2017
El pasado 9 de marzo, New Scientist informaba de los primeros resultados obtenidos por un equipo de científicos en China que han aplicado la técnica de edición genética CRISPR.
En China ya se había aplicado la técnica al menos en dos ocasiones sobre embriones humanos no viables, los cuales tienen una capacidad de desarrollo limitada, por lo que no podrían dar lugar al nacimiento de un niño aunque llegaran a implantarse en una mujer. En ambos estudios la eficacia de la técnica resultó ser muy baja, dándose numerosas mutaciones fuera de objetivo (en partes del genoma donde no se pretendía que ocurriera nada).
Por otra parte, en Inglaterra ya se ha aprobado la edición genética de embriones, en la que en teoría se utilizarán embriones sobrantes de tratamientos de fecundación in vitro. Sin embargo, todavía no se han publicado resultados de estas investigaciones.
Publicado en Observatorio de Bioética el 18 de Abril de 2017
El pasado 9 de marzo, New Scientist informaba de los primeros resultados obtenidos por un equipo de científicos en China que han aplicado la técnica de edición genética CRISPR.
En China ya se había aplicado la técnica al menos en dos ocasiones sobre embriones humanos no viables, los cuales tienen una capacidad de desarrollo limitada, por lo que no podrían dar lugar al nacimiento de un niño aunque llegaran a implantarse en una mujer. En ambos estudios la eficacia de la técnica resultó ser muy baja, dándose numerosas mutaciones fuera de objetivo (en partes del genoma donde no se pretendía que ocurriera nada).
Por otra parte, en Inglaterra ya se ha aprobado la edición genética de embriones, en la que en teoría se utilizarán embriones sobrantes de tratamientos de fecundación in vitro. Sin embargo, todavía no se han publicado resultados de estas investigaciones.
En el estudio que comentamos se aplicó la técnica sobre 6 embriones que tenían alguna mutación en su ADN (habían sido producidos a propósito para tener estas mutaciones, fecundando óvulos con espermatozoides de hombres que padecían una enfermedad hereditaria). Solo en uno de los embriones se realizó la correcta reparación de su genoma. En otros dos, solo en algunas células se produjo la reparación. En un cuarto embrión, CRISPR introdujo una mutación no deseada, y en los otros dos la técnica no funcionó. Estos resultados son presentados como prometedores, más eficaces que los obtenidos en embriones no viables. Sin embargo, el bajo número de embriones utilizados hace que estadísticamente estos datos no puedan considerarse relevantes.
Desde el punto de vista ético, es totalmente inaceptable el uso y destrucción de embriones humanos, miembros de nuestra especie y sujetos de toda dignidad (ver su estatuto biológico y antropológico). Por otra parte, estas experiencias suponen una modificación genética de la línea germinal, cuya seguridad hoy por hoy está muy lejos de poderse garantizar y cuyos riesgos se agravan por el hecho de que si los individuos modificados tuvieran descendencia, sus descendientes heredarían los cambios genéticos.
*Ver Informe “La edición genética hoy. Su valoración bioética”.
*Fotos: Istockphoto y Science Photo Library/Getty