La orientación sexual no se hereda, se adquiere (II)

¿Vencer la muerte? En 2050, ¿la inmortalidad?
09/10/2016
Ideología y desprecio a la ciencia
09/10/2016

Por Nicolás Jouve, Catedrático Emérito de Genética. Presidente de Civica. Publicado en Actuall el 3 de Octubre de 2016

Las pruebas científicas no respaldan la visión de que la orientación sexual es una propiedad innata y biológicamente fija del ser humano (la idea de que los individuos “nacen así”). Esta es la primera de las conclusiones en su resumen ejecutivo los Dres. Lawrence S. Mayer y Paul R. McHug, en el extenso y que exponen documentado informe titulado “Sexualidad y género. Conclusiones de la Biología, la Psicología y las Ciencias Sociales” publicado en el último número de la revista de tecnología y sociedad The New Atlantis [1]. Lo puede leer aquí en español.

Para quienes no lo sepan o no lo recuerden, siempre vienen bien unas pinceladas básicas de Biología en relación con el determinismo genético y la diferenciación sexual en el hombre. El sexo está determinado genéticamente ya desde la fecundación merced a la existencia de un par de cromosomas de los 23 de que está dotado nuestro genoma, el par sexual, XX en la mujer y XY en el varón. Los restantes 22 pares son comunes a ambos sexos y se denominan autosomas.

Por Nicolás Jouve, Catedrático Emérito de Genética. Presidente de Civica. Publicado en Actuall el 3 de Octubre de 2016

Las pruebas científicas no respaldan la visión de que la orientación sexual es una propiedad innata y biológicamente fija del ser humano (la idea de que los individuos “nacen así”). Esta es la primera de las conclusiones en su resumen ejecutivo los Dres. Lawrence S. Mayer y Paul R. McHug, en el extenso y que exponen documentado informe titulado “Sexualidad y género. Conclusiones de la Biología, la Psicología y las Ciencias Sociales” publicado en el último número de la revista de tecnología y sociedad The New Atlantis [1]. Lo puede leer aquí en español.

Para quienes no lo sepan o no lo recuerden, siempre vienen bien unas pinceladas básicas de Biología en relación con el determinismo genético y la diferenciación sexual en el hombre. El sexo está determinado genéticamente ya desde la fecundación merced a la existencia de un par de cromosomas de los 23 de que está dotado nuestro genoma, el par sexual, XX en la mujer y XY en el varón. Los restantes 22 pares son comunes a ambos sexos y se denominan autosomas.

Las pruebas científicas no respaldan la visión de que la orientación sexual es una propiedad innata y biológicamente fija del ser humano (la idea de que los individuos “nacen así”). Esta es la primera de las conclusiones que exponen en su resumen ejecutivo los Dres. Lawrence S. Mayer y Paul R. McHug, en el extenso y documentado informe titulado “Sexualidad y género. Conclusiones de la Biología, la Psicología y las Ciencias Sociales” publicado en el último número de la revista de tecnología y sociedad The New Atlantis [1]. Lo puede leer aquí en español.

Para quienes no lo sepan o no lo recuerden, siempre vienen bien unas pinceladas básicas de Biología en relación con el determinismo genético y la diferenciación sexual en el hombre. El sexo está determinado genéticamente ya desde la fecundación merced a la existencia de un par de cromosomas de los 23 de que está dotado nuestro genoma, el par sexual, XX en la mujer y XY en el varón. Los restantes 22 pares son comunes a ambos sexos y se denominan autosomas.

La dotación normal sería por tanto, mujer: 22” autosomas + XX y varón 22” autosomas + XY. De este modo, el sexo queda genéticamente determinado tras la fertilización de un óvulo por un espermatozoide al constituirse el cigoto, que es la primera realidad corporal del ser humano. La dotación de un gameto es de 23 cromosomas, por lo que tras la fusión de un óvulo con un espermatozoide pasará a haber 46. Al segregar el par sexual en la gametogénesis del varón, el 50% de los espermatozoides llevarán el X y el otro 50%. Dado que la mujer es homogamética, -sus óvulos solo llevan el cromosoma X junto a 22’ autosomas-, queda equilibrado el sexo, 50% descendientes mujeres y 50% descendientes varones.

Todo lo que ocurre después, desde la concepción a la anidación y desde la gastrulación en adelante es de un extraordinario dinamismo y sucede sin solución de continuidad. Son los genes localizados en los cromosomas y reunidos en el cigoto los que irán expresándose conforme avance el desarrollo, en función de su requerimiento para determinar la aparición de cada estructura y de cada órgano.

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Nicolás Jouve de la Barreda
Nicolás Jouve de la Barreda
Catedrático Emérito de Genética de la Universidad de Alcalá. Presidente de CiViCa.