Publicado en Aceprensa [Familia Actual, Pilar Guembe y Carlos Goñi] el 18 de Julio de 2016
A menudo, a los hijos los tratamos como a muñecos. Sobre todo, ocurre con los bebés. Es como si, a veces, se nos olvidara que son seres humanos porque parecen tiernos como muñequitos de goma y se dejan hacer sin protestar. Jugamos con ellos, los cuidamos, les cantamos y susurramos, los acariciamos, los besamos, los miramos y remiramos, los fotografiamos… Todo eso está muy bien: qué madre o qué padre no lo ha hecho una y mil veces; pero, en algunos casos, nos pasamos de la raya y tratamos a nuestros bebés como si fueran juguetes.
Hay padres que lo hacen, que confunden a sus hijos con un muñeco.
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Publicado en Aceprensa [Familia Actual, Pilar Guembe y Carlos Goñi] el 18 de Julio de 2016
A menudo, a los hijos los tratamos como a muñecos. Sobre todo, ocurre con los bebés. Es como si, a veces, se nos olvidara que son seres humanos porque parecen tiernos como muñequitos de goma y se dejan hacer sin protestar. Jugamos con ellos, los cuidamos, les cantamos y susurramos, los acariciamos, los besamos, los miramos y remiramos, los fotografiamos… Todo eso está muy bien: qué madre o qué padre no lo ha hecho una y mil veces; pero, en algunos casos, nos pasamos de la raya y tratamos a nuestros bebés como si fueran juguetes.
Hay padres que lo hacen, que confunden a sus hijos con un muñeco.
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