Por Joana Ortiz Fernández, publicado en Actuall el 29 de Diciembre de 2015
No es ciencia-ficción. El suicidio asistido es una realidad recientemente aprobada en Canadá. Y PSOE y Podemos plantearán la eutanasia si gobiernan. Pero si el enfermo tiene derecho a ser "suicidado", entonces el médico tiene licencia para matar.
Los médicos pueden administrar una inyección y acabar con la vida de un enfermo, si éste padece un sufrimiento insoportable. Y sin peligro de ir a la cárcel por asesinato.
Esto que parece el argumento de una novela futurista es ya una realidad. En Canadá. Donde los enfermos con “sufrimiento insoportable” tienen el derecho a terminar su vida con ayuda médica, después de que el Tribunal de Apelaciones de Quebec haya declarado válida la ley sobre suicidio asistido de la provincia canadiense.
Por Joana Ortiz Fernández, publicado en Actuall el 29 de Diciembre de 2015
No es ciencia-ficción. El suicidio asistido es una realidad recientemente aprobada en Canadá. Y PSOE y Podemos plantearán la eutanasia si gobiernan. Pero si el enfermo tiene derecho a ser «suicidado», entonces el médico tiene licencia para matar.
Los médicos pueden administrar una inyección y acabar con la vida de un enfermo, si éste padece un sufrimiento insoportable. Y sin peligro de ir a la cárcel por asesinato.
Esto que parece el argumento de una novela futurista es ya una realidad. En Canadá. Donde los enfermos con “sufrimiento insoportable” tienen el derecho a terminar su vida con ayuda médica, después de que el Tribunal de Apelaciones de Quebec haya declarado válida la ley sobre suicidio asistido de la provincia canadiense.
Esta norma establece el derecho a suicidarse, o por decirlo con mayor precisión, el derecho a ser matado. Y, por lo tanto, concede al médico licencia para matar. La legislación canadiense puede sentar un precedente que tendría inquietantes consecuencias si se extiende a ordenamientos jurídicos de otros países.
Máxime cuando en Occidente, ganan terreno distintas formas de eutanasia encubierta, bajo el eufemismo de “muerte digna“. En España, PSOE y Podemos ya han dado a entender que abordarán la cuestión si llegan al Gobierno. Lo cual genera un grave problema deontológico para la profesión médica.
¿Qué piensan los facultativos españoles?
Jaureguizar: “A los médicos no nos forman para ser verdugos”
El presidente de Médicos por la Vida, Enrique Jaureguizar, afirma rotundamente “los médicos hemos jurado defender la vida de todos nuestros pacientes, de intentar salvarlas, no de acabar con ellas.”
Ante la aprobación la ley de suicidio asistido en Canadá y la posibilidad de que se llegara a instaurar en España en el futuro, afirma que “si sale adelante sin el consentimiento de los médicos, igual tendrían que buscar unos sustitutos que realicen esas labores”. Explica que si la Justicia y los gobiernos consideran que se debe facilitar el suicidio de la sociedad “tendrán que formar un nuevo especialista que ejerza de verdugo“.
“Los políticos deben pensar que Es mucho más rentable quitarse de en medio a enfermos crónicos y terminales”
Se trata de un tema complicado para los médicos y considera que leyes como la del suicidio asistido puede proporcionare a los políticos la excusa perfecta para “quitarse de en medio a los viejos, incapacitados y dependientes de la sociedad pues es mucho más rentable económicamente acabar con su vida”.
Jaureguizar considera que si los partidos de izquierda llegasen a gobernar en España, no es descartable que se planteen leye eutanásicas, lo cual sería un grave retroceso. “Es una medida muy lejana del progresismo, es volver a la cultura de los verdugos y de la esclavitud. Lamentablemente hay gente que vuelve a ser retrógrada“.
¿Y los médicos qué harían en ese caso? Jaureguizar cree que se plantearía un dilema deontológico: obedecer la ley u obedecer la conciencia profesional. Aunque sostiene que “el 99% del personal sanitario piensan que salvar la vida de los pacientes es nuestra vocación y no cabe otra alternativa”.
Jouve: “La objeción de conciencia va a ser brutal”
El catedrático emérito de Genética, Nicolás Jouve, explica que el suicidio asistido “no deja de ser eutanasia y nadie es dueño de la vida de los demás”. Añade que en estos casos, además, quien asiste en estos suicidios es un médico y por tanto, va en contra de la deontología médica.
En el caso español, Jouve opina que los cuidados paliativos son aún muy escasos: “En lugar de aprobar estas leyes, deberían buscar la mejor manera de facilitar una muerte digna a los pacientes, pero por supuesto, natural”.
“Siempre habrá médicos que se ofrezcan a llevar a cabo estas labores”
El catedrático añade que la objeción de conciencia en este tema va a ser “brutal” y aunque piensa que la gran mayoría se negará a aplicar la ley“siempre habrá médicos que se ofrezcan a llevara a cabo estas labores, al igual que hacen con el aborto”.
Jouve añade una ley de suicidio asistido no entra dentro de su código deontológico y por tanto, se debería crear una figura que se dedicara a ello. “Los políticos, y no los médicos, tendrían que ser el grupo que aplicara las leyes que ellos aprueban”.
Médicos nazis experimentando con humanos /Fuente: Wikimedia
Gándara: “Los políticos no saben de lo que hablan”
Por su parte, el presidente de Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SEPCAL), Álvaro Gándara, afirma quela aprobación de la ley sobre suicidio asistido es un disparate y que “es una barbaridad que la decisión de aprobar, cambiar o imponer una legislación de este calibre recaiga únicamente en las manos de un juez”.
En lugar de cortar por lo sano, lo mejor es recurrir a cuidados paliativos para mitigar el sufrimiento del enfermo, añade Gándara. Especialmente en un país como Canadá que tiene un muy buen sistema de cuidados paliativos. Pero no han contemplado en ningún momento esta opción y “han colocado a los médicos en una situación muy comprometida”. Ahora, con esta nueva normativa, los doctores deberán enfrentarse al eterno debate de cumplir la ley y la objeción de conciencia.
“Si finalmente gobiernan en España los partidos de izquierda, la ley sobre el suicidio asistido saldrá adelante”
Por otro lado, Gándara afirma que, tras las elecciones generales en España en las que ningún partido ha obtenido mayoría absoluta para gobernar, “los políticos no saben de lo que hablan, no saben ni lo que es la muerte digna, ni la eutanasia pasiva, ni nada. Y sin embargo, todos lo han incluido en sus programas políticos.”
Pero, añade, si finalmente gobiernan en España los partidos de izquierda, la ley sobre el suicidio asistido saldrá adelante.
Jara: “No está regulada la objeción de conciencia para la eutanasia”
El doctor José Jara, presidente de la Asociación de Bioética de Madrid señala que en el Código Deontológico no aparece la objeción de conciencia referida a la eutanasia. “No existe ninguna mención en la legislación española a la eutanasia”.
Esto coloca a los facultativos en un brete, cuando determinados casos –como el de sedaciones antes de tiempo u otras formas de eutanasia encubierta- entran en conflicto con su conciencia. En la práctica, lo que se hace es derivar esa actuación a otros médicos, para no ser así responsables de algo éticamente rechazable.
Es verdad que la eutanasia se contempla en la profesión médica como una práctica poco ética, y que se rechaza el término, porque “entre los médicos tiene mala prensa”. De hecho, los gobiernos de las comunidades autonómas suelen evitar la palabra, y recurrir a un concepto más ambiguo como “muerte digna”.
Pero ¿qué pasaría si, finalmente, llegara a aprobarse en España una ley de suicidio asistido como en Canadá o la ya existente en el Reino Unido?
Los facultativos españoles podrían sufrir represalias laborales si no aplicaran una ley de suicidio asistido.
“Crearía un conflicto complicado” afirma José Jara.“Sobre todo por la inseguridad jurídica en la que se encuentran los médicos españoles”. El antiguo Código Deontológico, de 1999, contenía especificaciones ante determinados actos médicos que podían ser éticamente rechazables, por ejemplo respecto a la reproducción asistida. Pero con el nuevo Código, de 2011, esas especificaciones desaparecieron y no cabe invocar la objeción de conciencia.
Lo cual deja indefensos a los facultativos que podrían sufrir represalias laborales si no aplicaran una ley de suicidio asistido.
Joya: “Es un paso más hacia la aprobación de la eutanasia”
La portavoz de Derecho a Vivir, Gádor Joya, opina que la decisión de aprobar esta ley sobre el suicidio asistido “es un paso más hacia la aprobación definitiva de la eutanasia y va en contra de todas aquellas medidas que hagan avanzar los cuidados paliativos”.
El mensaje que se está enviando al enfermo crónico o terminal con una ley de esa naturaleza es terrible, agrega Joya: “Preferimos tú muerte antes que los gobiernos y las administraciones apuesten por investigar en cuidados paliativos”.
“El mensaje que se le envia al paciente es: preferimos tu muerte antes de que los gobiernos apuesten por investigar en cuidados paliativos”
Además, es un paso peligroso, ya que abre la puerta a que cualquier persona que se encuentre en un mal momento, aunque no tenga que ver con una enfermedad, pueda solicitar este opción. ¿Como evitar que se produzcan abusos, que cualquier paciente pueda solicitarlo? Y, no menos inquietante, que cualquier médico pueda aplicar el “suicidio asistido”, a pesar de que el estado del enfermo no sea grave. ¿Como deslindar el suicidio asistido del homicidio?
Es cierto que los partidos políticos han sido muy cautos hasta ahora respecto a la eutanasia, pero la doctora Joya advierte que “tendremos que estar muy atentos para que no se inicie un proceso en este sentido”.