Publicado en Bidasoa Colegio Eclesiástico Internacional el 3 de Mayo de 2014
Alejandro Navas, doctor en filosofía, profesor de Sociología en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra y autor del libro El aborto a debate visitó Bidasoa el sábado 3 de mayo, donde habló sobre la actualidad del aborto, sus repercusiones socioeconómicas y algunos de los puntos clave en la batalla contra esta realidad que, según confesó, costó la vida a alrededor de mil millones de personas a lo largo del siglo pasado. Abogó por la necesidad de un debate social serio sobre el aborto, es decir, un debate con datos, ideas, realidades y no tanto con prejuicios, clichés o falsedades que esconden intereses personales o de grupo.
Publicado en Bidasoa Colegio Eclesiástico Internacional el 3 de Mayo de 2014
Alejandro Navas, doctor en filosofía, profesor de Sociología en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra y autor del libro El aborto a debate visitó Bidasoa el sábado 3 de mayo, donde habló sobre la actualidad del aborto, sus repercusiones socioeconómicas y algunos de los puntos clave en la batalla contra esta realidad que, según confesó, costó la vida a alrededor de mil millones de personas a lo largo del siglo pasado. Abogó por la necesidad de un debate social serio sobre el aborto, es decir, un debate con datos, ideas, realidades y no tanto con prejuicios, clichés o falsedades que esconden intereses personales o de grupo.
Analizando los orígenes de la despenalización y la legalización del aborto en el mundo, don Alejandro puso de relieve que los países que primero facilitaron este tipo de prácticas fueron Rusia y China, países donde los derechos de la mujer todavía hoy están muy por detrás respecto a Europa o Estados Unidos. Por tanto, señaló que la reivindicación abortista no nació -ni es hoy- como bandera de los derechos del sexo femenino.
El profesor Navas también hizo referencia a las dimensiones política, económica y social del aborto. Así, lamentó la permisividad de la clase política al respecto, que está permitiendo lo que calificó de nueva “eugenesia”, en alusión a las teorías evolutivas que defendían tal selección en las especies. Respecto al negocio que mueve el aborto, destacó que la industria de la anticoncepción, del propio aborto y de la reproducción asistida ha sido la gran interesada en promover este tipo de prácticas pasando por encima de la moralidad y de la naturaleza del hombre. En este sentido, remarcó cómo se produce una constante batalla en el lenguaje a emplear respecto a lo que es un asesinato y que, de manera eufemística, se denomina “interrupción voluntaria del embarazo”.
Un ejemplo de cómo funcionan los grupos de presión fue, dijo don Alejandro, la génesis de la ley Aído de 2010 que convertía en un derecho positivo el aborto. “Dos programas de televisión hicieron sendos reportajes sobre la práctica de abortos en clínicas especializadas y destaparon que se saltaban la ley de manera flagrante. Incluso se denunció y llegó el caso a la justicia, pero el fiscal general del Estado paró la demanda y el dueño de los abortorios salió absuelto. El caso es que, ante este suceso, los lobbys se reunieron con Zapatero (presidente del Gobierno de España entre 2004 y 2010) y éste se mostró encantado de reformar la ley pese a que no iba ni en su programa electoral”, reveló.
Posteriormente quiso no pasar por alto la hipocresía de quienes defienden el aborto, esto es, “matar a un niño”, y se movilizan, por ejemplo, para salvar la vida de unas cigüeñas o de determinados árboles. “No puede ser que te manden a la cárcel por cortar un árbol y no por matar a un nonato”, dijo tajante. La revolución sexual y sus consecuencias fue otro de los temas que abordó el profesor Navas, que señaló la imposibilidad de compaginar el sexo ‘libre’ y exaltado con el derecho a la vida.
Por último, quiso subrayar que el futuro no es negro y que en Estados Unidos ya hay una mayoría social que apoya el derecho a la vida frente a las posiciones abortistas. Incluso, en apenas dos décadas se ha pasado de más de 2000 clínicas abortistas en el país a poco más de 500. Para ello, finalizó, la clave será ganar la batalla de la formación