Por José Manuel Belmonte (Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa
Tenemos una lengua cervantina extraordinariamente rica, que muchos no aprecian y otros ignoran. No es suficiente hablarla sin decir nada. La expresión es cada vez más pobre. Comprender un texto una tortura, según PISA. ¿Escribir? "Dos de cada tres estudiantes universitarios son incapaces de escribir con claridad y corrección elementales" (Albert Chillón, en El País 24-12-2014).
Por José Manuel Belmonte (Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa
Tenemos una lengua cervantina extraordinariamente rica, que muchos no aprecian y otros ignoran. No es suficiente hablarla sin decir nada. La expresión es cada vez más pobre. Comprender un texto una tortura, según PISA. ¿Escribir? "Dos de cada tres estudiantes universitarios son incapaces de escribir con claridad y corrección elementales" (Albert Chillón, en El País 24-12-2014).
La palabra, es importante siempre.El japonés EMOTO, demostró que la palabra en sí, es importante. En 3 vasos iguales puso la misma cantidad de arroz, luego echó agua en ellos. Dijo, "gracias" al primer vaso. Al segundo lo "insultó". Al tercero lo "ignoró". Al cabo de un mes, el arroz del primer vaso comenzó a fermentar produciendo un suave aroma. El del segundo, se puso negro. El del tercero comenzó a pudrirse. Posiblemente sea verdad que" no hay peor desprecio que no hacer aprecio". (Video).
Luego, la gramática, es capital. ¿Cómo que no tiene importancia? "Nuestra época padece una quiebra gramatical que ejerce vasta influencia en la vida privada y pública. Tan vasta que tiende a pasar inadvertida, convertida en atmósfera invisible para la ciudadanía que la respira; y tan honda que constituye una de las causas primordiales de la ruina moral, política y económica en curso".
La comunicación por la palabra, nos diferencia de otros seres. En las aulas cada vez se valoran menos las humanidades. Ni se da valor a la palabra, ni a quien la pronuncia o escribe. Las ideas, se expresan en palabras y… tarde o temprano se convierten en acciones.
"Los seres humanos no tenemos ya otra manera de entender el mundo y de expresarlo que el lenguaje. Ninguna palabra, ninguna frase, es trivial, aunque el que la dice no lo sepa". Desde el Antiguo Egipto hasta hoy, pensar y expresarlo es esencial.
Si todo vale, no vale nada. Humana y socialmente respiramos contaminación, vacío y ruído. Caldo de cultivo para la corrupción, la retórica y el populismo. La vulgaridad léxica puede ser un síntoma de no comunicación. Otro, el juego de palabras.
Unas veces se juega etimológicamente con las palabras, como hacían los autores antiguos (Marcial en los Epigramas). En otros casos el juego de palabras se usa como artificio para ocultar lo que realmente se quiere (lenguaje político).
Otra forma de acercarse a las cosas y a los hombres, como dijo en su día José Manuel Arango Pérez, es la poesía. Arango, además de poeta, era filósofo.
Un poema suyo nos adentra en ese juego gramatical: "Grammatici certant".
El nosotros
lo saben los gramáticos
es un curioso pronombre
Quiere decir tú y yo.
sin él
y también él y yo
sin ti
y también él y yo
contigo y contra el resto
En todo caso excluye siempre a alguien
De esta parte nosotros
de la otra los otros que nosotros".
Antes de que vuelvan a leerlo, una pequeña anécdota, real como la vida misma. A principios de mes, un buen amigo, me sorprende diciendo: "Te envío esta dirección de un bloguero manchego de mi pueblo que me parece muy interesante….Ha creado un personaje, D. Juan, con el que habla de sus cosas…A mí me parece muy interesante. El último sobre Podemos me parece acertadísimo". Partiendo de ese poema, copio para que el lector disfrute de esa charla. Es el diálogo, de D. Juan, quijotesco profesor con el ingenioso manchego creador, ante un café, en la mesa de un bar:
—"La gramática explica muchas cosas. Fíjese en el partido de moda. Para nombrarse han descartado lo descriptivo —Partido Anticapitalista Revolucionario Bolivariano (PARBO), por decir algo—; en cambio, han optado por la primera persona del plural del presente de indicativo del verbo poder. ¿Cree usted que es inocente?
—No lo había pensado….
—La primera persona del plural, como dice el poema, divide el mundo en dos partes mutuamente excluyentes: ellos y nosotros (si nos ensanchamos, ellos menguan; si nos comprimimos, ellos crecen; si nos deslizamos a la derecha, ellos ocupan nuestra izquierda….). Y no hay que decir, por supuesto, que ellos son los malos y nosotros los buenos, sin dudas, sin matices, sin regateos, sin compasión.
—¿Y quiénes somos nosotros, don Juan?
—No sé quiénes somos nosotros; sé quién soy yo, que no es poco. En cambio, los de Podemos sí lo saben. El nosotros de Podemos empezaron siendo los parias, los marginales, los desahuciados, los “perroflautas”, los bizarros comunistas del partido que fundó Líster… Ahora ya no: el nosotros actual son exquisitos cuarentones siempre en desacuerdo con la realidad pero muy bien acomodados en ella, angelicales criaturas cuyas cándidas túnicas nunca se mancharán de tizne y cuyos delicados pies nunca pisarán el barro de este mundo. Pero siguen siendo nosotros, los buenos; lo que han perdido por la izquierda ha pasado a formar parte de ellos…
—Me va interesando la gramática". [enlace]
Y … de la literatura a la vida real. La quiebra gramatical puede ahondar la "ruina moral, política y económica". Los personajes reales se presentan con un discurso que conduce a la polarización social así de tajante: o ellos (los corruptos) o nosotros. ¿Otra vez nosotros? Casta o "limpios". ¿Ser o no ser?
Según el historiador y analista especializado en América Latina, Enrique Kreuze, "el populismo bolivariano conduce indefectiblemente al desastre". Prometer es fácil. Gestionar, no lo es. El pueblo de Venezuela está al límite. ¿Democracia?
"Podemos" es un verbo auxiliar; sintácticamente necesita un "verbo clave". Un infinitivo, para ser más precisos. Pues…, ojo, el PSOE lleva un verbo en campaña: "hacer". No dicen qué ni el cómo, ni cuándo. Posiblemente desde marzo, surja "Podemos-Hacer". Mezcla explosiva. ¿Algo nuevo? Seguro que después de las elecciones nada seguirá igual.
Me viene a la memoria el nombre de Felix Finkbeiner, quien con 13 años pudo hablar en Naciones Unidas, en Nueva York, y dijo: Los niños ya no nos fiamos de vuestro discurso. Estáis destruyendo nuestro futuro".
Los sueños rotos, la peor herencia.