Resumen de este tiempo: salto cualitativo

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Por José Manuel Belmonte (Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa)

Finaliza agosto. Muchos han aprovechado el verano para cargar pilas y volver con nueva energías. Quienes hayan podido desconectar de los medios, al regreso encontraran sorpresas en el mundo. Quienes, por deformación profesional o por costumbre han seguido las noticias, no volverán más relajados. No ha sido un verano tranquilo, en absoluto. En la  parte del mundo donde es invierno, nada cambia.

Por José Manuel Belmonte (Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa)

Finaliza agosto. Muchos han aprovechado el verano para cargar pilas y volver con nueva energías. Quienes hayan podido desconectar de los medios, al regreso encontraran sorpresas en el mundo. Quienes, por deformación profesional o por costumbre han seguido las noticias, no volverán más relajados. No ha sido un verano tranquilo, en absoluto. En la  parte del mundo donde es invierno, nada cambia.


Se ha producido un salto cualitativo en la degradación humana. Cada país soporta, envuelto en el silencio y atonía, un cierto nivel de corrupción. Pero si los niveles suben y amenazan con la asfixia, puede terminar por explotar. En España, también.

¿Se puede encarrilar la economía sin recuperar  los auténticos valores? Si los políticos se las pasan por el forro, ¿quién tiene el deber de hacer respetar las leyes?

 No es cine. En el colmo del esperpento, algunos ciudadanos de una comunidad han tomado las armas disparando sus armas de fogueo (Trabucaires) contra la vivienda de un ciudadano (lo que puede ser constitutivo de delito). “Treinta y cinco años de odio/sabiamente programado/ han hecho de Cataluña/ territorio enfrentado…porque la justicia está en “Madridt” veraneando” (Ussia, 26-8-2014).

Y como importa la “pela”, el “euro” o  el “dólar”, batimos records de memez y  de turistas. A muchos de éstos ni el sol interesa, ni la mar, porque van como Adán, al desnudo, les gusta el ruido, las voces y las drogas y, no respetan a nadie, ni de  noche ni de día. A ese turismo macarra, que se aloja en pensiones u hoteles ilegales lo llaman “turismo de borrachera”, de locura, e incivismo. Si todo se permite, todo es legal, dicen. Están encantados. ¡Dispuestos a repetir el año próximo!      

Así que en cualquier parte del Planeta, “todos piensan en cambiar el mundo y nadie en cambiarse a sí mismo” (L.Tolstoi). Así nos va. Nadie piensa o  habla de regeneración social, de rearme ético y humano. El desorden propio de la mente y del corazón  se vuelca  en la sociedad, se vomita materialmente, por los ojos, la boca y las acciones.

Por eso, se ha producido un salto cualitativo en la convivencia. Este verano, “velis nolis”, (quieras o no quieras; de grado o por fuerza) hemos descubierto, un Continente: “África”; y algo tan cercano y vital  y necesario como “la sangre”.

Naciones Unidas y la civilización en general, han ignorado con demasiada frecuencia al Continente Africano, porque el hambre no es contagiosa. Pero las malas condiciones de vida en la mayoría de los países han encendido las alarmas.  No se trata de la emigración masiva hacia Europa, se trata del Ébola.  Este virus, sí es contagioso y lo que es peor, puede ser mortal, y no entiende de nacionalidad o color de sus víctimas. Tenemos ya  más de 2000 víctimas, algunas en Europa, y también en España. Ojalá la vacuna, o los fármacos experimentales puedan curar pronto, in situ, a los infectados, y no llegue a convertirse en pandemia.

La sangre. Ciertamente desde Caín, ha habido muertes, enfrentamientos y guerras. Los derechos humanos, y el imperio de la ley, no han sido una conquista fácil. Posiblemente nunca fueron universalmente respetados. Las reglas de convivencia y el respeto a los límites territoriales han tenido que irse aprendiendo. Los Tratados Internacionales, y el Derecho Internacional Humanitario, habían ido encauzando la aceptación de ciertos límites, y ciertos cauces legales para dirimir posibles diferencias. En algunos casos, las sentencias  de los Tribunales de Justicia Internacionales, ( de la Haya o de la ONU) o el Tribunal Penal Internacional habían contribuido a crear un clima de respeto.

Pero el salto cualitativo, se ha producido por el odio y el fanatismo islamista, apoyado por naciones a quienes les sobra el dinero, y que sin escrúpulos quieren aumentar su influencia internacional. Ese dinero, compra armas, tapa la boca de quien intenta protestar y ata las manos a la condena unánime de la Comunidad Internacional.  Con armas y sin una posición firme de condena, el infierno de la crueldad  ha alcanzado límites de inhumanidad nunca vistos en la raza humana.

Nunca, un menor, una mujer, un anciano, o un prisionero,  habían sido tratados de forma tan bestial y cruel y ante los ojos del mundo. Cercenar gargantas y colgar las cabezas como trofeos, degollar seres humanos indefensos (mujeres y niños incluidos), como si fueran bestias en la plaza y a la vista de los niños, disparar a los civiles desarmados a arma tocante, es insoportable e intolerable.

Les aseguro que he visto tanto dolor causado por venganza y fanatismo, tanta sangre inocente  derramada, recogida en barreños o tirada por el suelo, tanta muerte sin sentido, sin causa, sin razón, que me duelen literalmente las entrañas. Los terroristas no buscan solo la  limpieza étnica, quieren jactarse de acabar con quien sea cuando quieran y como quieran.

Los mismos asesinos, secuestran, violan, mutilan a sus víctimas y aprovechan el poder de la informática, para colgar sus videos en las Redes Sociales, o enviarlos a las cadenas televisivas de todo el mundo.

Y mientras, la otra cara de esa escalofriante y terrorífica moneda es, que el mundo libre, asiste atónito a esos hechos, al avance del Estado Islámico (EI) pero no mueve un dedo, porque se cree seguro y piensa que eso no le afecta.

“Cuando un Estado no tiene la capacidad de controlar los niveles brutales de violencia… (como es el caso ahora en Irak), entonces la comunidad internacional tiene la obligación de intervenir para eliminar la capacidad de violencia de los delincuentes”.

No quieren ver que cada día, ese fanatismo bestial, vengativo, destructor, capta cientos de personas nacidas en España, Francia, Gran Bretaña, Italia, Alemania, Estados Unidos etc.   Que luego, son enviados/as a Siria, Irak, Libia, etc., y están dispuesta a poner en práctica lo que les han enseñado, como el inglés que degolló al periodista americano. Recuerden…

En un video  difundido el martes en internet por EI aparece un individuo encapuchado vestido de negro que con un cuchillo empieza a degollar a un hombre que podría ser el periodista norteamericano James Foley, quien en la imagen siguiente aparece decapitado. "Cualquier agresión contra Estado Islámico es una agresión contra los musulmanes que han aceptado el califato islámico y su liderazgo", declara antes de proceder a la ejecución el verdugo, que según analistas es británico, por su acento y sus modismos.

 Esa ejecución, provocó reacciones de horror y llamadas a reforzar la ofensiva antiyihadista.  Francia propuso una "estrategia global" contra EI, al que definió como un “Estado terrorista".

El primer ministro británico, David Cameron, interrumpió sus vacaciones para discutir con representantes de su gobierno y de las agencias de inteligencia "la amenaza que constituyen los terroristas de la organización Estado Islámico".  Ha expresado su preocupación por la participación de islamistas británicos en las guerras de Siria e Irak y por su posible regreso con la intención de llevar(o traer en este caso) la "yihad" a suelo británico.

Alemania se mostró dispuesta a enviar armas para  ayudar a los kurdos iraquíes.

 España y su descontrol, está amenazada, por supuesto. Se sabe que la yihad está captando aquí fanáticos. Pero apenas se controlan los movimientos musulmanes, y el estado de Taifas Autonómico, hace difícil un pronunciamiento firme a nivel estatal. Total que ni pincha ni corta. El genocidio que se está produciendo en Irak y en siria, contra ciudadanos civiles indefensos y desarmados, no provoca descontento masivo en los ciudadanos. Sólo algún WhatsApp es enviado pidiendo oraciones. Si hay algunas denuncian en las Redes. Pero, en general, o no se han enterado o ni fu ni fa.

Así que, una vez más, la Comunidad Internacional, ha dejado que sea “el malo de Obama”, quien  saque las castañas del fuego, y haga frente al EI, tanto en Irak, como en Siria, mientras el mundo sigue mirando hacia otro lado de vacaciones.

 Creo que, cuando el mundo deje de mirar hacia otro lado, los políticos se dejen de discursos, tienen que poner manos a una acción conjunta para conseguir la paz. Para ello habrá que desarmar, en Gaza a Hamás, en Siria a Hizbullah y en Irák a EI.  Y en cada país, un poco más control del fanatismo religioso, y las arengas impunes de los líderes religiosos.

  Por si acaso, dejarse ya de tonterías pseudoprogres: “Twitter se ha convertido en un formidable altavoz para las manifestaciones de la más absoluta miseria moral e intelectual”, como dice  Elentir. Twitter no es la causa de que haya una epidemia de bobos o algo así… pero les brinda la ocasión para manifestarlo  de forma gratuita.

 Deberían saber que “es contradictorio e imposible (y peligroso) disfrutar de las ventajas de ser romano y al mismo tiempo aplaudir a los bárbaros”, como dijo Pérez .Reverte.

Lo que nos espera, si no somos capaces de dar un salto cualitativo hacia una mundo más humano, es lo que sigue…lo dice alguien con autoridad en estos temas y desde Mosul: “Nuestros sufrimientos hoy son el preludio de los que ustedes, europeos y cristianos occidentales, sufrirán en el futuro cercano. […] Si no entienden esto lo suficientemente pronto, se convertirán en víctimas del enemigo que han recibido en su casa”.

Ojo al dato: "Cuando encontréis infieles, matadles hasta el punto de hacer con ellos una muerte humillante; si es posible por decapitación" (Corán 47,4). Y eso para el iman noruego, es casi un mimo que hay que  agradecer: “decapitar no es torturar”.

Pérez-Reverte  ha dicho sobre el Islam:“No les quepa duda. Seremos decapitados, tarde o temprano”. “Supongo que la realidad es simple: van a ganar, porque son fuertes, y jóvenes, y tienen hambre, y desesperación, y fe. Y coraje para luchar”. Mientras que ”nosotros somos viejos, inseguros, demagogos, incultos y cobardes”.

BELMONTE
BELMONTE
Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CíViCa