Lo peor de la guerra no es el horror, es la carencia de sentimientos.
16/08/2014
Afinando el diagnóstico prenatal
16/08/2014

Por Nicolás Jouve, Catedrático de Genética, Presidente de CiViCa. Publicado en ABC.es el 13 de Agosto de 2014

El ser humano es frágil y aunque pongamos en el empeño una gran voluntad para salvar a una persona aquejada de una enfermedad, debemos concienciarnos de que hay patologías que no nos dan opciones para combatirlas. La complejidad del organismo humano es tal que ni la ciencia es capaz de abarcar todo el conocimiento necesario para controlar todos los factores implicados, ni la medicina es infalible en los tratamientos que van apareciendo. Lo que está claro es que el ser humano no es una máquina, por compleja que la creamos, y que somos mucho más que la información contenida en nuestros genes o por eficaces que sean las nuevas tecnologías de terapia génica o el trasplante de células, tejidos u órganos. Pensar en la infalibiidad de la medicina solo conduce a un enfoque reduccionista y materialista, además de infundado y utópico.

Por Nicolás Jouve, Catedrático de Genética, Presidente de CiViCa. Publicado en ABC.es el 13 de Agosto de 2014

El ser humano es frágil y aunque pongamos en el empeño una gran voluntad para salvar a una persona aquejada de una enfermedad, debemos concienciarnos de que hay patologías que no nos dan opciones para combatirlas. La complejidad del organismo humano es tal que ni la ciencia es capaz de abarcar todo el conocimiento necesario para controlar todos los factores implicados, ni la medicina es infalible en los tratamientos que van apareciendo. Lo que está claro es que el ser humano no es una máquina, por compleja que la creamos, y que somos mucho más que la información contenida en nuestros genes o por eficaces que sean las nuevas tecnologías de terapia génica o el trasplante de células, tejidos u órganos. Pensar en la infalibiidad de la medicina solo conduce a un enfoque reduccionista y materialista, además de infundado y utópico.

Creer que se puede llegar a crear seres humanos inmunes frente a los virus mediante la modificación de los genomas, la ingeniería celular o la aplicación de fármacos por específicos que sean, como a veces se pretende es una utopía. Hay que apearse de la falsa creencia del poder omnímodo de la ciencia y de la medicina. El problema es que en el mundo actual, heredero de la ilustración y del modernismo, este tipo de mensajes arrastran a mucha gente y es ideal para las ideologías dualistas que nos reducen a pura materia y nos igualan a cualquier otra especie, aunque de forma contradictoria otorgan al hombre el poder de jugar a Dios.

En una reunión sobre transhumanismo celebrada en New York en Junio de 2013, la «Global Future 2045», se exhibían eslóganes tales como: «es un derecho humano. La gente tiene derecho a vivir y a no morir». A pesar de que hoy en día haya quienes crean que se puede hacer posible esta pretensión, existe un vivo debate sobre los aspectos éticos que se proponen. La realidad es que somos seres mortales y tenemos fecha de caducidad, aunque no la conozcamos.

Nicolás Jouve de la Barreda
Nicolás Jouve de la Barreda
Catedrático Emérito de Genética de la Universidad de Alcalá. Presidente de CiViCa.