Negociaciones sobre lenguaje abortista quedan frustradas en la ONU

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Por Stefano Gennarini, J.D., publicado en C-FAM el 19 de Marzo de 2013, Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano

NUEVA YORK, 15 de marzo (C-FAM) El manotazo de ahogado que dieron embajadores y altos funcionarios de la ONU no logró conseguir anoche que se alcanzara un acuerdo sobre las políticas tendentes a poner fin a la violencia contra la mujer debido a que países occidentales desarrollados poderosos quieren deshacerse de acuerdos previos que no reconocen el aborto como derecho.

Por Stefano Gennarini, J.D., publicado en C-FAM el 19 de Marzo de 2013, Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano

NUEVA YORK, 15 de marzo (C-FAM) El manotazo de ahogado que dieron embajadores y altos funcionarios de la ONU no logró conseguir anoche que se alcanzara un acuerdo sobre las políticas tendentes a poner fin a la violencia contra la mujer debido a que países occidentales desarrollados poderosos quieren deshacerse de acuerdos previos que no reconocen el aborto como derecho.

Tras cuatro semanas de intensas negociaciones, los embajadores negociaron en una sesión a altas horas de la noche. Estados Unidos y países europeos elevaron sus apuestas en la sesión de este año de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, organismo de las Naciones Unidas compuesto por 45 estados miembros de la ONU  que formula políticas para la mujer, lo cual hace que el acuerdo sea más difícil.

Para el viernes a la mañana, último día de la reunión, la Comisión había accedido a excluir los «servicios de salud sexuales y reproductivos» del convenio final. El término se asocia a drogas que provocan el aborto.

Algunos países están dispuestos a aceptar otros términos ambiguos incluidos en borradores previos si se hace referencia a la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo celebrada en El Cairo en 1994 (CIPD), en la que los estados miembros de la ONU rechazaron de manera insigne reconocer un derecho humano al aborto. Estados Unidos y Noruega han estado presionando a los países para que desechen ese acuerdo, aludiendo a que los tiempos han cambiado. Perú, que anteriormente adhirió al tratado de El Cairo, se ha unido a ellos.

Quieren menciones irrestrictas a la salud sexual y reproductiva y a los derechos reproductivos, así como también referencias a la orientación sexual y la identidad de género, lenguaje intrínsecamente ambiguo para las naciones que prohíben el aborto y que no conceden derechos especiales a las personas sobre la base de su orientación sexual e identidad de género.

Las negociaciones del documento final fueron truncadas por funcionarios no identificados y agrupaciones abortistas que culparon a la Santa Sede y a otros de la posibilidad de un fracaso, como sucedió el año pasado, cuando Estados Unidos insistió en un lenguaje relacionado con el aborto.

Las negociaciones no sirvieron para disipar las tensiones. Un representante de la Secretaría de la ONU dijo a los delegados: «el comportamiento sexual de los hombres puede ser una forma de violencia, ya que el embarazo es consecuencia de él». Un delegado de El Salvador propuso derechos sexuales para niñas de entre 8 y 10 años de edad mediante expresiones que reconocen su «capacidad en desarrollo». En un determinado momento, Estados Unidos y la Unión Europea solicitaron que se eliminara una referencia al derecho a la vida de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

A diferencia de lo que informaron Reuters, la Associated Press y una editorial anónima del New York Times, ninguna delegación que participaba de la sesión sugirió que la cultura, la religión o los valores tradicionales deberían utilizarse para justificar la violencia contra la mujer. Durante la semana, más de cuatrocientas organizaciones escribieron en respaldo de la Santa Sede y de las naciones que protegen la vida, la familia y reconocen el importante papel de las culturas y de las religiones para poner fin a la violencia contra la mujer.

Muchas naciones quieren libertad al implementar las políticas de la ONU. La comisión no aceptó conclusiones convenidas el año pasado sobre este desacuerdo.

Los activistas de género controlan la sesión de la comisión cada año. Como todas las ideologías, tienen un lenguaje propio y se presta a malentendidos. Luis Mora, del Fondo de Población, al hacer uso de la palabra en un panel el día martes, dijo que la disparidad entre los hombres y las mujeres en la población activa es culpa de las «elecciones reproductivas».

Las conclusiones convenidas, que carecen de efecto vinculante, son un terreno de pruebas para futuras conferencias de la ONU sobre el tema del aborto, el control demográfico y los derechos de los homosexuales. Los países ricos quieren comprometer a los líderes africanos a que destinen miles de millones de dólares para programas de planificación familiar. Se están llevando a cabo iniciativas para influenciar a los grupos islámicos respecto de cuestiones de género y derechos reproductivos. Pero las políticas de aborto y de derechos reproductivos no han sido bien recibidas en los países tradicionales.

CíViCa
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