‘Nos interesa descubrir toda la belleza de la vida’

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Nota de Encuentro Madrid, publicada en Páginas Digital el 16 de Marzo de 2013

SIlvio Cattarina, fundador de la Cooperativa Social L'Imprevisto de Italia, y Ricardo Cani y Omar Picchietti, dos de los jóvenes a los que han ayudado allí, han acudido esta mañana al Recinto Ferial de la Casa de Campo para compartir su experiencia con los asistentes al Encuentro Madrid 2013 en un encuentro titulado"De la gratuidad, la esperanza"

Nota de Encuentro Madrid, publicada en Páginas Digital el 16 de Marzo de 2013

SIlvio Cattarina, fundador de la Cooperativa Social L'Imprevisto de Italia, y Ricardo Cani y Omar Picchietti, dos de los jóvenes a los que han ayudado allí, han acudido esta mañana al Recinto Ferial de la Casa de Campo para compartir su experiencia con los asistentes al Encuentro Madrid 2013 en un encuentro titulado"De la gratuidad, la esperanza"

En la Cooperativa Social L'Imprevisto ayudan a jóvenes con problemas de toxicodependencia y alcoholismo. "Pero el punto que nos mueve no es la droga. Lo que nos interesa es descubrir realmente toda la belleza, toda la grandeza de la vida. Descubrir cómo la amistad y el estar juntos crea tanta fuerza y tanto coraje", afirma Cattarina.

El fundador de esta experiencia, que ayuda y ha ayudado a cientos de personas, ha explicado que una cuestión dramática como es el mundo de la drogodependencia permite comprender que no es de dentro de la persona de donde viene la solución: "El drama de la droga y de tantos problemas sociales es que uno cree que tiene que caminar por sí mismo, y por eso consume sustancas, porque busca una explosión". Sin embargo, continúa Cattarina, "la explosión verdadera, el don verdadero, viene de Otro, viene de fuera". En L'Imprevisto, estando juntos, quieren descubrir quién va a por ellos, quién abraza su vida y les permite explotar de verdad. Por eso han escogido ese nombre: "Deseamos encontrar ese imprevisto; nos han enseñado y hemos experimentado que en el mundo hay una libertad que te alcanza y te da la fuerza y el coraje".

Pero confiar en un imprevisto y en una ayuda externa no les deja de brazos cruzados. "A nosotros nos toca la parte más creativa del trabajo, nos toca implicarnos. Lo más verdadero de nuestra tarea es el grito, la espera, la esperanza, el pedir, el suplicar. Este es el trabajo más bello del hombre".

Ricardo Cani (26 años) comenzó la experiencia con Silvio Cattarina hace tres años: "Lo que me hizo cambiar, me movió, me conmovió y me permitió abrir los ojos, aquello que hasta ese momento no había encontrado, fue una mirada diferente". Cani ha explicado la dificultad que tiene entrar en la comunidad, pues todos estos chicos vienen con una carga muy pesada, con el peso de sus errores, con un pasado grabado a fuego que les hace repetirse a sí mismos que no son capaces de hacer nada bien. "En la comunidad encontré a personas que me decían: '¡No me importa lo que has hecho! ¡No me importa tu pasado! Hoy puedes ser otro, puedes hacer cosas nuevas. Puedes ser todo lo que quieras.' Y entonces ves en los ojos de quien te mira precisamente una gratuidad". Estos chicos se preguntan qué buscan las personas como Cattarina en ellos, cómo puede ser que crean así, con esa esperanza, en ellos: "En L'Imprevisto creen en mí más de lo que yo creo en mí mismo", ha exclamado conmovido Cani.

"Ahora conozco la verdadera libertad"

Esta nueva mirada ha cambiado la vida de estos jóvenes. "Sentí una gran responsabilidad, un gran valor, y vi la importancia de mi vida a través de su preocupación", ha contado Cani, que había vivido sin reglas, sin horarios, construyendo su vida cada día. Cuenta que era como un vagabundo, sin destino, y que creía que incluso podía ocupar el lugar de Dios: "Yo me podía hacer a mí mismo, no necesitaba a nadie. Quería, podía y debía llegar a todo. Y entonces, gracias a su ayuda, a su generosidad, entendí que nada se puede hacer solo. A pesar de este cambio drástico, ahora conozco la verdadera libertad".

Cani ha afirmado que la verdadera libertad consiste en decir "sí", en seguir. "Esto me ha abierto a un mundo nuevo, me ha cambiado la vida. Antes tenía miedo de las personas, de mí mismo, lo escondía todo a través de la droga. Ahora, para mí, cada encuentro, cada persona, es una ocasión que abre el corazón y me hace decir: la vida es bella".

El padre de Omar Picchietti no llegó a conocerle, y su madre murió de cáncer cuando él era adolescente. Vivía cada día con una rabia que veía crecer, y tras el fallecimiento de su madre, se dejó del todo. Se fue de casa, y estuvo en varias comunidades, incluso en un centro psiquiátrico. Y entonces llegó a L'Imprevisto: "A través de los gestos, de las discusiones y de las miradas, yo veía una correspondencia con lo que era mi deseo desde que era pequeño. He aceptado que ese es mi lugar, y la llama se ha comenzado a reencender. Me he dado cuenta, también gracias a mis compañeros, que no puedo hacer nada solo, que los otros desean lo mismo que yo".

Picchietti ha afirmado que la esperanza no se acaba, no se agota dentro de ellos mismos: "Este es mi deseo, esto es lo que yo deseaba: que hiciéramos un camino juntos. Porque cada vez que estamos juntos algo nuevo nace". Los ponentes han concluido afirmando que esta mirada que les ha cambiado no es algo propio, que no es de nadie, sino que trasciende y es más grande que el ser humano."Lo que hemos encontrado aquí es para siempre, y es para todo el mundo".

CíViCa
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