Patrón de embarazadas y de nascituros

Por  José María Montiu de Nuix, miembro de CiViCa, doctor en filosofía, matemático, sacerdote.

Siempre, pero especialmente en estos momentos de crisis económica y de otras no pequeñas dificultades, resultará importante aportar una solución a las graves dificultades por las que atraviesan algunas embarazadas. Es evidente que momentos tan grandes por ser portadores de una nueva vida sagrada pueden, a su vez, resultar también situaciones especialmente duras que incluso podrían llegar a ser etapas heroicas de la vida. Dificultades estas por las que, evidentemente, también pueden atravesar personas de mayor o de menor fe cristiana.  

Es claro que en tales circunstancias es de gran ayuda un corazón comprensivo, una mano amiga tendida amablemente, dulcemente. Es evidente también que en estas coyunturas la oración ayuda grandemente a lo más nuclear de la persona. Mediante la oración notamos que no estamos solos, que somos cariñosamente queridos, recibimos estímulo e ilusión, queda alimentada el alma para el trance por el que ha de caminar. Por la oración nos asimos a la tabla de salvación, pudiendo así superar el mal trago.

Desde la mirada de la fe resulta también evidente que los santos canonizados tienen una importancia muy grande en la vida cristiana. Resulta también patente que uno de los grandes valores de las personas inscritas en el libro de los santos consiste en su poder de intercesión. Por estar en el cielo, más cerca de Dios todopoderoso, no tienen menos poder. Sino que, por el contrario, Dios tiene en más lo que le piden. Dios no tiene en poco a estos grandes amigos. Análogamente a como participa más del calor el que está más cerca del fuego.

Con frecuencia se oyen expresiones del tenor siguiente: Que santa Lucía te guarde la vista. Siendo santa Lucía patrona de la vista. Claro, si son patronos, por algo lo serán, resultando pues lógico acudir a ellos. El religioso mercedario san Ramón Nonato, tal vez el más popular de los santos de esa congregación, es el patrón de las madres gestantes y de los no nacidos. Es interesante, por consiguiente, encomendarle los problemas por los que atraviese la gestación.  

La misma vida mortal de san Ramón Nonato se encuentra relacionada con la gestación y con los no nacidos. Estando su madre muerta, fue extraído del seno materno. Si no hubiese visto la luz, el mundo se habría privado no sólo de alguien que fue nombrado cardenal, sino también de un gran santo que compró la libertad de un cautivo cristiano quedando prisionero en lugar de éste. Seguro que alma tan caritativa como la suya sabrá querer bien y ayudar a las gestantes cautivas de tantas dificultades, para que así tanto ellas como sus niños aún no nacidos, su ilusión, su tesoro y su cariño, puedan llegar a un final feliz, del que nunca tengan que arrepentirse, sino siempre alegrarse.