La denegación del indulto al juez Ferrín Calamita: ¿todavía no os dais cuenta?

Editorial de Forum Libertas – Publicado en ForumLibertas.com el 1 de Marzo de 2013

El Gobierno ha denegado el indulto al juez Ferrín Calamita, condenado a diez años de inhabilitación por un presunto entorpecimiento de la adopción de una niña por una pareja de lesbianas. Esta actitud del Gobierno contrasta con su generosidad en el indulto, generosidad escandalosa, que se ha venido produciendo. ¿Es necesario recordar los casos de los conductores kamikaces con resultados graves para la vida de los demás?, ¿es necesario recordar el indulto anulado por el Tribunal Supremo del consejero delegado del Banco Santander, Alfredo Sáenz? ¿Cómo se explica esta capacidad para indultar a casos en los que el favor parecía dudoso y mantener la dureza de un castigo a un juez que lo único que hizo fue defender que un padre y una madre son el hábitat natural de un niño?

Hay una ideología hegemónica en nuestra sociedad que no diferencia "ni de izquierdas ni de derechas", ni del Gobierno ni de la oposición, ni del PP ni del PSOE ni de otros partidos. Esta ideología hegemónica es el liberalismo. Y montada en ella navegan hoy todos los vectores destructivos acumulados y generados por él mismo y por otras formas de pensar: la ideología de género, el homosexualismo político, la injusticia social manifiesta, la dictadura del mercado, la opresión hacia los desfavorecidos… Todo esto va incluido en el mismo paquete. El ateísmo agresivo que existe hoy no tiene nada que ver con el materialismo dialéctico de los marxistas. Es estricta y ontológicamente liberal, políticamente liberal.

El juez Calamita sostiene que un menor tiene derecho a vivir en una familia normal. Subrayemos lo de normal. Un valor normal es aquel que constituye el común denominador en un conjunto, y en este sentido el juez tiene toda la razón. La inmensa mayoría de niños tienen un padre y una madre. Y, si no es así, el niño sufre, aunque solo sea por comparación. ¿Hay que recordar el caso de la experiencia sueca, en la que al final se han tenido que crear centros educativos para los menores de padres y madres homosexuales? Pero no porque los otros niños actuaran agresivamente contra ellos, sino porque los propios hijos de las parejas homosexuales soportaban mal el contraste con algo que ellos no tenían. Sencillamente, porque no es normal. No es normal estadísticamente, es decir desde el punto de vista de la antropología y de la ecología humana, no es un invento el que una pareja homosexual pueda ser padre y madre de un niño. Otra cosa es cuando este hijo natural es de uno de los dos, cuando hay una paternidad o maternidad ya vinculada.

Pero, en el caso del juez Calamita, la cuestión es otra, es la de una adopción. Este es un tema que debe ser debatido. La ley no puede servir para silenciar todo aquello que rechina por todos los lados. Recordemos otro ejemplo, también venido de fuera y también muy importante: el de la sentencia del Tribunal de Estados Unidos aceptando que la gran organización de los Boy Scouts of América podía mantener el criterio de no aceptar homosexuales en sus filas. Para llegar a esta conclusión, fue determinante el informe jurídico en el que presentaba las numerosas diferencias y deficiencias que las parejas homosexuales presentan en su función de paternidad. Todos estos elementos y muchos más, que alargarían este editorial innecesariamente porque la información pueden ampliarla en la hemeroteca de ForumLibertas, no han sido tenidos en cuenta por el Gobierno.

Los mismos jueces que con tanta dureza han actuado contra el juez Fermín Calamita no tienen nada que decir sobre la escandalosa sentencia absolviendo al doctor Morín y a todo su grupo por aborto ilegal, a pesar de que en el juicio quedó claro que había mujeres que no habían visto un médico para nada, que no habían realizado los tests pertinentes, que la documentación estaba falseada. A pesar de que todo esto consta en el propio cuerpo de la sentencia, nadie en el mundo judicial se ha sentido en la necesidad de levantar la voz.

Todo está absolutamente contaminado. Y esto no es catastrofismo ni mucho menos, todo lo contrario. Nosotros somos de aquellos que pensamos, junto con Alasdair Macintyre, que cuando las cosas están tan mal nadie puede permitirse el lujo de ser pesimista.