La Bioética como sabiduría de la ciencia

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Por Elena Postigo Solana (Doctora en Bioética, Profesora de la Universidad San Pablo CEU y miembro de CíViCa) – Publicado en el Foro Universitario “El Escorial” el 1 de Septiembre de 2012
 
El encuentro de Benedicto XVI con Profesores Universitarios en El Escorial quedará grabado para siempre en nuestra memoria. Sus palabras fueron entrañables y señalaron la esencia de la tarea universitaria. Resulta difícil destacar algún aspecto cuando todo el Discurso contiene claves que irían desgranadas y puestas de relieve. Pero en este breve espacio, y por el contenido específico de este blog de Bioética que hoy inauguramos, me limitaré a señalar algún aspecto que, a mi juicio, es fundamental para orientar la Bioética contemporánea. Se enuncia en el siguiente texto: “Sabemos que cuando la sola utilidad y el pragmatismo inmediato se erigen como criterio principal, las pérdidas pueden ser dramáticas: desde los abusos de una ciencia sin límites, más allá de ella misma, hasta el totalitarismo político que se aviva fácilmente cuando se elimina toda referencia superior al mero cálculo de poder. En cambio, la genuina idea de Universidad es precisamente lo que nos preserva de esa visión reduccionista y sesgada de lo humano” (Benedicto XVII, Discurso a Profesores Universitarios, 19.8.2011).
 

Por Elena Postigo Solana (Doctora en Bioética, Profesora de la Universidad San Pablo CEU y miembro de CíViCa) – Publicado en el Foro Universitario “El Escorial” el 1 de Septiembre de 2012
 
El encuentro de Benedicto XVI con Profesores Universitarios en El Escorial quedará grabado para siempre en nuestra memoria. Sus palabras fueron entrañables y señalaron la esencia de la tarea universitaria. Resulta difícil destacar algún aspecto cuando todo el Discurso contiene claves que irían desgranadas y puestas de relieve. Pero en este breve espacio, y por el contenido específico de este blog de Bioética que hoy inauguramos, me limitaré a señalar algún aspecto que, a mi juicio, es fundamental para orientar la Bioética contemporánea. Se enuncia en el siguiente texto: “Sabemos que cuando la sola utilidad y el pragmatismo inmediato se erigen como criterio principal, las pérdidas pueden ser dramáticas: desde los abusos de una ciencia sin límites, más allá de ella misma, hasta el totalitarismo político que se aviva fácilmente cuando se elimina toda referencia superior al mero cálculo de poder. En cambio, la genuina idea de Universidad es precisamente lo que nos preserva de esa visión reduccionista y sesgada de lo humano” (Benedicto XVII, Discurso a Profesores Universitarios, 19.8.2011).
 
El Profesor apunta dos claves esenciales para la Bioética, a saber, la crítica al pragmatismo utilitarista (en el plano ético), y la crítica de la visión reduccionista del hombre (en el plano antropológico), que bien pueden constituir el fundamento teórico que subyace a la visión de la Bioética que aquí ofreceremos. El hombre, la persona, no es reductible a la simple materia, no es solo genes y neuronas, no es una máquina, por decir de forma muy simple lo que gran parte de la visión científica reduccionista sostiene. Si el hombre fuera solo materia sería sencillo considerarlo como mero objeto manipulable, con todo lo que esto conlleva en el plano de la biotecnología aplicada al hombre. Y por otro lado, la bioética, que es una ética aplicada, no es exclusivamente cálculo entre costes o beneficios, ni la resolución de problemas éticos en base a las consecuencias prácticas o pragmáticas de una determinada acción. Estos dos puntos, que trataremos temáticamente y ampliamente en sucesivas entradas del blog, son fundamentales para entender una visión de la Bioética como disciplina racional, a su vez interdisciplinar, que estudia el hecho científico, analiza los problemas antropológicos y éticos que ésta plantea, reflexiona y delibera en base al bien de la persona y al bien común, y decide por una solución práctica respetuosa del hombre, de su descendencia y de la naturaleza.
 
Hace cuarenta años, Van R. Potter, pionero de la Bioética que acuñó el término, denominó a esta disciplina con la expresión wisdom of science, “sabiduría de la ciencia”, sin intuir quizás que el retorno a la sabiduría clásica era la base esencial y constitutiva de la misma Bioética. Hoy en día la bioética se entiende a menudo como la resolución de casos recurriendo a unos principios o al cálculo utilitarista; para nosotros la concepción de la bioética es distinta. La ética de la vida o bioética tiene razón de ser en la medida que no olvida su fundamento, a saber, salvaguardar la vida de la persona y de las generaciones futuras partiendo de quién es la persona, de cuál es su naturaleza y su fin. Por esta razón, en este blog trataremos tanto cuestiones de fundamentación bioética como cuestiones específicas, así como cuestiones clínicas o temas de bioderecho y biopolítica.
 
No quiero terminar esta primera entrada sin recordar las palabras que Juan Pablo II, -bajo cuyo impulso se constituyó la Academia Pontificia pro Vita, cuya finalidad es la defensa, el cuidado y la promoción de la vida humana-, nos dirigió al final de un Congreso de Bioética: “En la cultura contemporánea, frente a la amplitud de los interrogantes planteados por las ciencias biomédicas, aflora con creciente insistencia, la exigencia de guías seguros y de maestros en los que confiar. Parece urgente por tanto, que la bioética reflexione sobre las raíces ontológicas y antropológicas de las normas que deben orientar elecciones de gran importancia (…). El árbol de la reflexión ética, para conservar su vitalidad y dar frutos, debe plantar sus raíces en la verdad ontológica del ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios” (Juan Pablo II, Discurso en el Congreso Internacional “Las Raíces de la Bioética”, 17.2.1996). Sin lugar a dudas, en un contexto como este, se debe dar la ampliación del discurso bioético hacia el horizonte teológico, que entiende la dignidad humana, como bien señala la Dignitas Personae, como algo no basado en categorías cuantitativas de calidad de vida o de autonomía sino como cualidad intrínseca de toda persona, cuyo respeto sin excepción es el límite insuperable de toda acción técnica sobre la vida del hombre.

CíViCa
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Ciencia | Cultura | Vida Asociación de Investigadores y Profesionales por la Vida.