¿El zurdo, nace o se hace?

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Por Nicolás Jouve (Catedrático de Genética – Miembro de CíViCa)
 
Es conocido que entre los miembros de la familia real británica hay muchos zurdos, lo que entre otros muchos ejemplos, ha inducido a que mucha gente piense que el ser zurdo o diestro está determinado genéticamente. También es verdad que hay muchos casos de familias en las que siendo los padres y la mayoría de los hijos diestros, uno de los hijos desarrolla una habilidad especial para jugar o escribir con la zurda. ¿Hay en ello un componente genético o se trata de un carácter de influencia ambiental que surge como consecuencia de factores sociales durante la etapa educativa de cada persona?

Por Nicolás Jouve (Catedrático de Genética – Miembro de CíViCa)
 
Es conocido que entre los miembros de la familia real británica hay muchos zurdos, lo que entre otros muchos ejemplos, ha inducido a que mucha gente piense que el ser zurdo o diestro está determinado genéticamente. También es verdad que hay muchos casos de familias en las que siendo los padres y la mayoría de los hijos diestros, uno de los hijos desarrolla una habilidad especial para jugar o escribir con la zurda. ¿Hay en ello un componente genético o se trata de un carácter de influencia ambiental que surge como consecuencia de factores sociales durante la etapa educativa de cada persona?
 
Influencia social (ambiental)
 
La cuestión de la influencia ambiental ha cobrado importancia a raíz de un trabajo recientemente publicado por dos investigadores de la Universidad de Northwest Se trata del matemático Mark Panaggio y su profesor Daniel Abrams, que han desarrollado un modelo matemático que puede explicar la proporción de zurdos y diestros. Este estudio ha sido publicado en Abril de 2012 en el «Journal of the Royal Society Interface»[1].  Según estos investigadores cuanto más social es una especie animal y por tanto más desarrollada está la cooperación y el trabajo en grupo, más tenderá la población en general hacia la utilización preferente de un lado del cuerpo. Los datos conocidos en el caso del hombre, la especie en que más se han desarrollado las relaciones sociales,  es que alrededor del 10% de los seres humanos son zurdos y el 90% restante diestros. El modelo encuentra una explicación cuantitativa a la proporción de diestros y zurdos en diferentes deportes. Según el modelo matemático desarrollado por estos autores las diferencias en la proporción de diestros o zurdos entre la población de quienes practican diferentes tipos de deporte se puede explicar por las presiones de dos factores opuestos, la “competencia” y la “cooperación”. De este modo, en deportes como el boxeo o el tenis, donde la competitividad es máxima y la cooperación mínima, ya que no son deportes colectivos, la proporción de zurdos es especialmente elevada con relación a la que se observan en deportes de cooperación, como el futbol.  
 
Según señala Panaggio, "Nuestro modelo predice que en poblaciones que son puramente cooperativas, todos tendrían la misma mano dominante, pero en las poblaciones que son puramente competitivas habría una mezcla de zurdos y diestros. En deportes en los que es tan importante la cooperación como la competencia se observarían distribuciones intermedias". El mismo autor opina que tras una guerra devastadora la humanidad se hace más cooperadora y la necesidad de compartir herramientas, por ejemplo, hace más eficientes a los diestros que a los zurdos, por lo que crecería su proporción de los primeros.
 
Panaggio y Abrams han utilizado su modelo para predecir la proporción de zurdos en ocho deportes de élite diferentes y han visto que sus predicciones eran bastante exactas con respecto a los datos reales, lo que apoya la idea de que lo que determina la proporción de zurdos y diestros se relaciona con un equilibrio entre competencia y cooperación. De este modo, según el modelo, es difícil encontrar zurdos entre los jugadores de golf de élite por razones de falta de cooperación social. Así, en la lista de los 100 mejores golfistas del mundo no hay ninguna mujer zurda y sólo hay cuatro varones zurdos, Panaggio y Abrams lo explican por la  dificultad de encontrar clubs de golf adecuados para jugadores zurdos.
 
Por el contrario, aproximadamente el 30 por ciento de los jugadores de béisbol son zurdos, siendo este un deporte en el que un bateador zurdo añade un elemento de sorpresa que resulta especialmente útil. Si nos fijamos solo en los mejores bateadores de béisbol, el número de zurdos sube incluso hasta el 60%, Del mismo modo, entre los mejores boxeadores la proporción de zurdos asciende al 25%, y la proporción de zurdos entre los atletas de alta competición es próxima al 50%. Todo esto se interpreta por la elevada competitividad de estos deportes.
 
Según el modelo, en deportes muy competitivos, donde se explota al máximo la habilidad de los zurdos, estos pueden llegar a destacar de forma especialmente notable, como ocurrió en el tenis con Martina Navratilova y John McEnroe y en la actualidad con Rafael Nadal. Entre los boxeadores, el gancho de izquierda, arma especialmente demoledora de Cassius Clay, supone un elemento sorpresa para los boxeadores diestros, acostumbrados a pelear con otros boxeadores diestros. Pero curiosamente también en deportes de cooperación los zurdos pueden llegar a destacar entre los grandes debido a alguna habilidad específica con la zurda, difícil de igualar por los jugadores diestros, como es el caso de los grandes futbolistas Maradona, Pelé o Messi.
 
De cualquier forma y de acuerdo con Panaggio y Abrams, el factor más importante para una sociedad eficiente es su grado de cooperación y en los seres humanos, esto ha promovido una sociedad en la que la mayoría de sus miembros son diestros
 
El papel de los genes
 
En 2007, unos investigadores de la Universidad de Oxford descubrieron el gen LRRTM1, el primer gen vinculado a la mayor probabilidad de ser zurdo [2]. Los investigadores encontraron que un alelo particular de este gen eleva ligeramente el riesgo de padecer enfermedades mentales como la esquizofrenia. Sin embargo en la expresión del gen se añade un elemento más. El gen se expresa únicamente si se hereda por vía paterna, debido a un fenómeno conocido como «impronta genómica», que en este caso consiste en que la proteína transmembrana que está codificada por el gen LRRTM1 es inactiva si se hereda por vía materna.
 
Por otro lado, según la teoría de la «Deriva de la mano Derecha» [3] hay un gen, cuyo alelo dominante RS+ es responsable de la dominancia del hemisferio cerebral izquierdo, que procesa el lenguaje y determina la habilidad para la utilización preferente de la mano derecha. En ausencia de este factor genético  la habilidad para el desarrollo como zurdo o diestro tendría lugar al azar. En otras palabras, las personas con un genotipo RS+RS+ (homocigoto) ó RS+RS (heterocigoto) tendrían dominancia del hemisferio izquierdo y mayor probabilidad de ser diestras, mientras que las homocigóticas RSRS no tendrían predominio del hemisferio derecho y la determinación como diestro o zurdo tendría lugar al azar. La teoría es consistente con el hecho de que en estudios de comparación de tendencias a usar el lado derecho o izquierdo en gemelos monocigóticos o dicigóticos, se observan las mismas probabilidades de patrón de comportamiento (RR, LR, LL, siendo R=diestro y L=zurdo) independientemente de que compartan o no el mismo genotipo.
 
Es decir, hay un inesperado alto porcentaje de parejas de gemelos monocigóticos que muestra discordancia en la habilidad como diestros o zurdos. Una explicación podría ser que la determinación genética de la que depende el tipo de comportamiento, aun siendo idéntica en los gemelos monocigóticos, estuviese condicionada al eje del embrión del que tras su escisión en dos surgieran los gemelos idénticos. De hecho se ha observado que algunos de estos gemelos muestran una imagen especular para varias características ectodérmicas derivadas. De este modo, la discordancia zurdo-diestro y la asimetría de caracteres entre gemelos  pueden deberse a una escisión relativamente tardía del embrión para constituir los dos embriones aun siendo genéticamente idénticos, cuando el embrión original ha perdido ya su simetría bilateral [4].
 
Hay un tipo de zurdos que procesan el lenguaje (al menos en parte) en el hemisferio derecho, mientras que otros utilizan preferentemente la mano izquierda y muestran actividad hemisférica en ambos lados del cerebro durante el procesamiento verbal. Dado que los niños antes de que aprendan a hablar no están lateralizados para el uso de la mano, podría ser que estos zurdos aprendieron inicialmente a manejar correctamente algunos juguetes con su mano izquierda y más adelante continuaron usándola para escribir, aun cuando fuesen naturalmente diestros.
 
Se ha observado que tan pronto como a las 9 semanas del desarrollo el feto ya puede chuparse el pulgar y que los que lo hacen con su mano izquierda, después de nacer y con el tiempo tienden a elegir dicha mano para realizar las tareas habituales. Es decir, se hacen zurdos. Esto significa que dado que en la 9ª semana del desarrollo aun no se ha desarrollado la capacidad de razonamiento ni tampoco hay influencias externas, la tendencia a utilizar la mano izquierda antes de nacer solo puede deberse a causas genéticas. Esto confirmaría de forma concluyente la importancia de genes como LRRTM1 u otros en la determinación del tipo de habilidad como diestro o zurdo de cada ser humano.
 
Una prueba de que ha de haber un componente genético en la determinación de la habilidad como diestro o zurdo es la coexistencia desproporcionada en favor de los diestros, de ambos tipos de caracteres en las poblaciones humanas. La selección natural da como resultado un aumento de comportamientos favorables y una disminución de los rasgos menos favorables, a menos que los rasgos resultantes en minoría están vinculados a alguna característica deseable. El hecho es que en todas las poblaciones humanas se tiende a "mantener" una minoría de zurdos. En este caso se podría pensar que los inconvenientes asociados con el rasgo de la minoría (una mayor probabilidad de contraer ciertas enfermedades, por ejemplo) se podría ver compensada con algún tipo de beneficio para el individuo zurdo. Hay algún factor que hace que se produzca una selección dependiente de la frecuencia de ser diestro o zurdo, de modo que nunca se pierde ninguna de las dos opciones. La habilidad para ser diestro o zurdo está inextricablemente ligada a algún otro tipo de costos y beneficios de otros rasgos heredados.
 
En resumen, se puede hablar de una base genética del carácter zurdo o diestro, pero como en tantos otros fenómenos del comportamiento humano, las especiales características de nuestra singular especie determinan un comportamiento que puede incluso ir en una dirección opuesta a lo determinado genéticamente. En primer lugar porque el ser humano es mucho más que sus genes. Pensar lo contrario sería caer en un reduccionismo genético absurdo y aunque en muchos aspectos de nuestra antropología física estemos abocados al dictado de nuestros genes, éstos no lo determinan todo y deciden muy poco o nada de nuestra psicología. Factores tales como la competitividad o la cooperación, pueden determinar la voluntad de vencer una tendencia genética y sesgar un comportamiento o una habilidad en una dirección determinada. Recordaremos al respecto que Rafael Nadal es diestro de nacimiento, pero tomó la decisión de ejercitar la mano izquierda hasta convertirse en el tenista zurdo de éxito que hoy es.
 
Referencias 

[1] D.l M. Abrams, M. J. Panaggio. «A model balancing cooperation and competition can explain our right-handed world and the dominance of left-handed athletes» Journal of the Royal Society Interface, April 25, 2012, doi:10.1098/​rsif.2012.0211
 
[2] C Francks et al. «LRRTM1 on chromosome 2p12 is a maternally suppressed gene that is associated paternally with handedness and schizophrenia». Molecular Psychiatry (2007) 12, 1129–1139
 
[3] M. Annett The Genetic Basis of Lateralization. British Language lateralization and psychosis (2009), 5: 73–86
 
[4] I. E. C. Sommer, N. F. Ramsey, R. C. W. Mandl, R. S. Kahn. «Language lateralization in monozygotic twin pairs concordant and discordant for handedness», Brain, (2002), 125: 2710-2718

Nicolás Jouve de la Barreda
Nicolás Jouve de la Barreda
Catedrático Emérito de Genética de la Universidad de Alcalá. Presidente de CiViCa.