La cuestión palpitante: la mujer

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Por José Manuel Belmonte, Dr. En Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa. Publicado en su blog Esperando la Luz el 22 de mayo de 2021.

Aunque La Cuestión palpitante (1883), de Emilia Pardo Bazán, sea el texto idóneo para entender la aceptación del Realismo y el debate sobre el Naturalismo español, a mi hoy, solo me interesa el título. Y poder referirme al bicentenario del nacimiento de Concepción Arenal y al centenario de la muerte de Emilia Pardo Bazán, en mayo 1921. Dos grandes mujeres coruñesas que merecen un recuerdo.

Las dos mujeres intelectuales gallegas, con su vida y sus obras hicieron por la mujer lo que muchas personas, ni se imaginan; la sociedad en general y el feminismo real lo agradecerán; el de ideología y cuota, que haga lo que quiera.

En el siglo XIX, una sociedad con una mentalidad y unos estereotipos machistas, ellas, intuyeron que la mayor fuerza estaba dentro de ellas, y se las ingeniaron para romper los moldes conservadores, incluso hostiles para la mujer. Estaban convencidas de que sus sueños, sus ideas liberales y su valía eran similares a las de los varones y  en derechos, eran iguales.

La sociedad tardaría muchos años en reconocerles la igualdad. Nunca es fácil romper moldes, tabús y estereotipos. Tuvieron que servirse de su gran personalidad y de su ingenio para introducirse en los ámbitos vetados a la mujer desde siglos. Desde ahí, demostrar su condición de seres libres, su capacidad y solvencia, hasta que nadie pudiera arrebatarles sus derechos. Y luego, reivindicar esa dignidad y esas posibilidades para toda mujer, estuviera en el pueblo o en la ciudad, entonces y después hasta hoy.

1) Concepción Arenal (31 de enero de 1820 – 4 de febrero de 1893)

«Es un error grave y de los más perjudiciales, inculcar a la mujer que su misión única es la de esposa y madre […]. Lo primero que necesita la mujer es afirmar su personalidad, independientemente de su estado, y persuadirse de que, soltera, casada o viuda, tiene derechos que cumplir, derechos que reclamar, dignidad que no depende de nadie, un trabajo que realizar e idea de que es cosa seria, grave, la vida y que si se la toma como un juego, ella será indefectiblemente un juguete». Concepción Arenal, «La educación de la Mujer».

Ese camino desconocido era muy exigente. Más que el camino en sí, o los sueños, la dificultad estaba, tanto en ellas mismas, como en las trabas legales de las instituciones y las «zancadillas» de los compañeros que habían alcanzado un «estatus» en la profesión socio-económico-religiosa. La ignorancia, el egoísmo masculino, y la dependencia económica, son las cadenas de la esclavitud de la mujer, entonces y en la actualidad. Los temas clave de la humanista a lo largo de su vida fueron esos: la esclavitud, los derechos de las mujeres y la educación.

No puede ser más clara: «Puede decirse que el hombre, cuando no ama a la mujer y la protege, la oprime, el trabajador, la arroja de los trabajos más lucrativos; pensador, no le permite el cultivo de la inteligencia; amante, puede burlarse de ella, y marido, abandonarla impunemente. La opinión es la verdadera causante de todas estas injusticias, porque hace la ley, o porque la infringe», en «El estado de la mujer en España».

Las limitaciones del entorno, evolucionarán y se cambiarán, por quien trabaja, como ella. Está creando -con su lucha- la sociedad que se van a encontrar quienes lleguen después.

Concepción Arenal, que escribió animando a la mujer para que no fuera un juguete, en manos de aquella sociedad machista, quería ser abogada. Tuvo que trasladarse a Madrid. Pero en la Facultad de Derecho, en 1842, no admitían mujeres, ni siquiera como oyentes. Se cortó el pelo, se disfrazó de hombre, y usaba sombrero y capa, como ellos. Cuando se descubrió la verdad, la sometieron a un examen, y fue autorizada a asistir, con ciertas reticencias y sentándose en lugar diferente al de los compañeros, y esperando sola, hasta ser llamada.

Fue abogada y además, periodista y escritora. Fue pionera con sus obras dramáticas y en fomentar la enseñanza de la mujer y mejorar sus condiciones sociales. Fue inspectora de centros de acogida y denunció la situación de las cárceles, tanto de hombres como de mujeres.

Se presentó al concurso convocado por la Academia de Ciencias Morales y Políticas con el nombre de su hijo Fernando, uno de sus 3 hijos, que tenía diez años. Se descubrió la forma incorrecta de presentarlo. El trabajo merecía la pena, y su valía quedaba acreditada. Se le concedió el premio y fue la primera mujer premiada por la Academia. (Ver más en el video)

En el mes de diciembre de 2020, dos siglos después de su nacimiento, se ha recordado la obra y el legado humanista de Concepción Arenal, en una exposición organizada por la Biblioteca Nacional Y Acción Cultural Española. Su pensamiento liberal, humanista y feminista, pueden ser comprendidos y valorados. Su trabajo pionero en lo social, en defensa de los pobres y de las mujeres, también. Las instituciones que creó para ayudar a los enfermos, o heridos en las guerras, se ven con otra luz, muy cercanas a Cruz Roja. La Exposición se ha prolongado hasta los primeros meses de 2021 (ver enlace).

2) Emilia Pardo Bazán (16 de septiembre de 1851- 12 de mayo 1921).

Fue una mujer que destacó en tantos aspectos y de forma tan brillante, que tal vez, para abreviar sea preferible hacer un breve resumen y que el lector pueda centrarse desde el principio.

En un mundo, que como hemos visto anteriormente, estaba mayoritariamente dominado por hombres, Emilia, fue una noble gallega, condesa de Pardo Bazán, que por su origen dispuso de medios para cultivarse humana e intelectualmente, viajando y aprendiendo idiomas. Llegó a ser novelista, periodista, ensayista, crítica literaria, poetisa, dramaturga, traductora, editora, catedrática, introductora del naturalismo en España, precursora de los derechos de la mujer y del feminismo.

Al igual que su colega Concepción Arenal, reivindicó la instrucción de las mujeres como algo fundamental para su progreso evolutivo y su libertad. En sus obras y en sus actuaciones públicas lo defendió cuanto le fue posible.

Un elogio que resume el aprecio y el cariño de la sociedad por esta mujer tan culta, quedó reflejado en el diario «La Época» al día siguiente de su ingreso como socia, en el Ateneo de Madrid: «La inteligencia no tiene sexo, y la de la señora Pardo Bazán es de aquellas que no solo honran a la corporación que le abre sus puertas sino al país entero».

Pero el machismo, históricamente, suele tener más poder que inteligencia. El sexo, asociado a la envidia cuando necesita del poder para mostrar sus preeminencia, manifiesta su incoherencia y su debilidad.

La mujer más preparada, referente humano e intelectual de su tiempo, la primera catedrática de Literatura en la Universidad Central de Madrid, la primera corresponsal en el extranjero, y conocedora de los genios literarios desde Francia a Rusia, fue víctima de la intransigencia de la época y del machismo hispano. Hasta en tres ocasiones solicitó su entrada en la Real Academia Española. No le sirvieron sus méritos en vida, para recibir el reconocimiento que merecía, sino más bien lo contrario: críticas, insultos y discriminación hasta por sus propios compañeros escritores, que le negaron hasta tres veces el ingreso en la Real Academia Española

Cien años después de su muerte, este mes, de mayo de 2021, la Real Academia Española) ha dedicado a la escritora Emilia Pardo Bazán (La Coruña, 1851-Madrid, 1921) una jornada literaria coordinada por la académica Carme Riera en la que se ha desgranado la vida y las obras de esta autora imprescindible. Santiago Muñoz Machado, Director actual de la RAE, tuvo unas sentidas palabras para ella al abrir la jornada homenaje.

Bienvenidas las palabras, el homenaje a la mujer brillante, preparada y pionera en su tiempo, y las mesas para poner de relieve su figura, aunque sea tarde. ¡Qué menos!

Sin embargo, creo que para el lector puede resultar más ameno y atractivo lo escrito y dicho por la catedrática de Historia Contemporánea de la Universidad de Valencia, Isabel Burdiel, autora de una biografía sobre Emilia Pardo Bazán, en la colección de «Españoles eminentes».  Su reflexión sobre la biografía de la autora de Los pazos de Ulloa, es muy clara, cálida y muy de actualidad. Quien lo desee y tenga 56 minutos, puede disfrutarlo el video adjunto de su conferencia, aunque sea de junio de 2019.

Dos apuntes de actualidad, por contraste con lo dicho sobre la conmemoración centenaria de las eminentes gallegas: La cuestión palpitante: la mujer. Más que apuntes, denuncias.

La primera, puede leerse en El Mundo21/5/21, lanzada por Francisco López Rupérez: «La escuela española está estancada en la mediocridad». Dice que «los profesores de Secundaria tienen una formación insuficiente» y, cuando se sacan su plaza, «se quedan ahí para siempre sin poder mejorar». «Una parte de la izquierda cree que el conocimiento es elitista».

La segunda, sobre los jueces, la presunción de inocencia, la violencia machista. El documental «Rocío, contar la verdad para seguir viva«, ha producido una bronca en el mundo judicial. Los magistrados discrepan sobre la formación que reciben en perspectiva de género y el juicio público que se está haciendo en los medios.

Desde siempre es sabido que la justicia es lenta; pero, además, históricamente la justicia ha evolucionado tan lentamente que llega hasta hoy el desamparo de quienes más lo necesitan.

BELMONTE
BELMONTE
Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CíViCa