| Texto Completo |  (Comentario de Nicolás Jouve) Esta obra, se debe a la colaboración de un plantel de mujeres especialistas en medicina, psicología, biología, filosofía, derecho y teología, pertenecientes al equipo de investigación “Bioética y Familia” de la Universidad Católica de Ávila. El libro nos enfrenta a una serie de preguntas sobre el momento actual de la persona humana y la familia y su auténtico significado desde una perspectiva humanística cristiana. Aunque las autoras analizan con profundidad las raíces y efectos de las corrientes materialistas, naturalistas y de ideología de género, que contaminan el pensamiento y la forma de ser y estar en el mundo actual, el libro no se queda ahí, ni este análisis de las dificultades presentes son lo importante, sino que nos ofrece las respuestas y nos dice que sí, que hay razones para el optimismo, la esperanza y el reencuentro con la Verdad, el Bien y la Belleza. Dejan a un lado lo negativo del escenario social actual, que lo presentan con todo su realismo, para centrarse en un enfoque positivo, basado en la antropología cristiana y el Magisterio de la Iglesia Católica, como modo de darle la vuelta a la situación.
En la obra, estructurada en dos tomos y cinco capítulos, se analizan los aspectos reales de la naturaleza humana, la verdad sobre la persona, la identidad personal, el auténtico significado y el papel del matrimonio y la familia, la sexualidad, la afectividad y el carácter relacional del ser humano, que determina la convivencia y la organización de la vida en sociedad desde una perspectiva personalista. Todos los capítulos han sido desarrollados por una o varias autoras con un reparto excelente de sus contenidos acorde a sus competencias y especialidades, destacando la doble labor de autora y coordinadora de la Dra. Sara Gallardo.En el libro hay un empeño especial en destacar el verdadero significado del ser humano, su vocación al amor, bien sea conyugal o consagrado, la familia, la maternidad y la paternidad de los esposos. La persona no puede verse solo desde la perspectiva material, natural, aunque esta forma parte de su realidad, sino en relación con los demás, de donde surgen la confianza, la necesidad de diálogo, la interpersonalidad, la singularidad. Al analizar lo genuino del ser humano destacan las autoras los tres tipos de actividades que poseemos: físicas, espirituales y psíquicas.
Es un acierto el dedicar un capítulo al conocimiento del significado de la sexualidad en todas sus dimensiones, desde el lenguaje del cuerpo, en el que intervienen las dimensiones física y psíquica, a la dimensión espiritual. Se señala como en la sexualidad humana hay un sentido de unidad y complementariedad recíproca que encuentra una dimensión espiritual cuando al sentido posesivo, físico y psíquico se sobrepone el hecho de que el ser querido es amado por sí mismo. El sexo, varón o mujer, no puede ser el resultado de un deseo, una opción o una idea, sino el fruto de una constitución biológica, único elemento determinante de la identidad sexual y por consiguiente de la identidad personal. Se destaca por contraste la belleza del don, como característica fundamental de la existencia y la necesidad de superar los argumentos materialistas y voluntaristas. En este sentido se analiza con detalle las falsedades y contradicciones de la “ideología de género” que da la espalda a la identidad personal y a la solidaridad y que solo conduce a la muerte de Dios, y como consecuencia a la muerte del hombre.
Las autoras dedican un capítulo muy completo al Matrimonio y la Familia, en el que se hace una exposición de la situación actual para a continuación presentar la belleza del genuino “ecosistema natural”, la familia, en el que el lenguaje del don y la comunión conyugal es generadora de vida y fuente de bienestar social. En este análisis se refuerzan las ideas del verdadero sentido de la persona y del amor y, en relación con la procreación en el seno de familia, proponen la “paternidad responsable” basada en la utilización de los “métodos naturales de planificación de la natalidad”. La familia se presenta como la “célula básica” de la sociedad a la que contribuye con la formación de las personas en los valores sociales necesarios para una buena convivencia: y como antídoto contra el individualismo y los comportamientos antisociales.
El último capítulo nos descubre las claves del Misterio de la afectividad humana. Frente al “emotivismo”, que se circunscribe al ámbito de lo privado, y el “utilitarismo”, de ámbito público, se abre paso algo superior, algo que nos supera y está fuera de nosotros, el deseo innato de trascendencia, la “sed del alma”, el sentirse amados por Dios, que es un amor indestructible. El capítulo incluye un apartado dedicado a la educación afectivo-sexual, con un excelente itinerario que va desde la infancia, a la adolescencia y con unos estupendos consejos a los padres y educadores.
El libro está muy bien escrito y editado. Las explicaciones son claras y van acompañadas de ilustraciones, figuras y tablas muy clarificadoras. Es una obra de fácil y cómoda lectura y lenguaje sencillo lo que aporta al libro tintes de carácter formativo y a la vez divulgativo. El libro es un acierto que viene a cubrir un vacío en la comprensión de los temas que trata para la educación infantil y de adolescentes, y constituye un excelente manual para la profundización de los mismos en los másteres sobre ciencias del matrimonio y la familia, centros de orientación familiar, cursillos prematrimoniales, etc. Pero a la vez es una obra de gran valor dirigida al público en general interesado en estos temas de tan candente actualidad y de tan enorme complejidad. Creo que esta obra ofrece las claves para el reencuentro de los valores y el auténtico significado de la persona, la familia y el matrimonio.
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