La ética quiere más y mejor sitio en las aulas de las facultades de Medicina

Por Francisco Goiri., Publicado en Diario Médico el 18 de Septiembre de 2017

Profesores y expertos en Bioética se quejan de la enorme variabilidad existente en las facultades españolas de Medicina en la formación en ética clínica. La red docente, creada en Zaragoza a principios de septiembre, quiere más y mejor presencia de esta materia en el grado.

La Facultad de Medicina de la Universidad de Alcalá de Henares acogerá en octubre el Congreso de Bioética para estudiantes. (DM)

Hoy, 18 de septiembre, se celebra en todo el mundo el Día de la Ética Médica, una iniciativa que la Asociación Médica Mundial (AMM) pusó en marcha en 2013 para conmemorar el mismo día del año 1947 en que esta organización celebró su primera Asamblea General. Sin pretenderlo, pero coincidiendo con esta fecha, en España se suceden estos días varios hechos relacionados con la ética y la deontología médica, y concretamente con la formación universitaria en este campo. Si a principios de septiembre se constituyó oficialmente la primera red de docentes en bioética y profesionalismo (integrada por 15 universidades, públicas y privadas), el próximo 19 de octubre la Universidad de Alcalá de Henares acogerá el III Congreso Universitario de Bioética y Ética Médica, que organiza la Asociación Española de Bioética (AEBI), como pórtico a su XI congreso nacional, que también acogerá la universidad alcalaina los días 20 y 21 de octubre.

La propia Asociación Médica Mundial (en su 51ª Asamblea General, reunida en Tel Aviv en 1999) aprobó una resolución instando a "todas las escuelas y facultades de Medicina del mundo a incluir en sus currículos la ética médica y los derechos humanos como asignatura obligatoria". España ha hecho sus deberes -al menos teóricamente-, ya que el Libro Blanco del Grado de Medicina, aprobado por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad (Aneca) en 2005, incluye la ética médica como una competencia obligatoria, con un cuerpo pedagógico y unos contenidos mínimos definidos; y las 42 facultades españolas de Medicina recogen esa competencia en sus respectivos planes de estudio. No obstante, "cada facultad ha hecho lo que ha podido o querido y la implantación y características de la asignatura tienen una variabilidad enorme, con la consiguiente confusión", afirma Rogelio Altisent, responsable de la Cátedra de Profesionalismo y Ética Clínica de la Universidad de Zaragoza e impulsor de la red de docentes.

El Libro Blanco de Medicina incluye la ética como una competencia obligatoria y todas las facultades la imparten

Las facultades imparten conocimientos de ética, pero no coinciden ni en el nombre de la asignatura, ni en su contenido, ni en el número de créditos (entre 3 y 6), ni en la ubicación dentro de los planes de estudio (algunas facultades la ofertan en primero, otras en segundo y, las menos, entre tercero y cuarto), ni en la especialidad del profesor que la da (muchos son de Medicina Legal, pero también hay internistas paliativistas...).

El propio Altisent imparte en la Facultad de Zaragoza una asignatura que se ofrece bajo el nombre de Ética, comunicación y legislación, "mezclando conceptos un tanto dispares, porque la ética es una cosa y la Medicina Legal otra". Además, y pese a tener formación específica en Bioética, no está acreditado para enseñar esa asignatura en concreto, y ninguna facultad española tiene profesorado específicamente acreditado para ello.

La vinculación entre la ética y la Medicina Legal se da más en las facultades públicas que en las privadas, según Carmen de la Fuente Hontañón, vicepresidenta de la Aebi y miembro del comité organizador del congreso de Alcalá de Henares. "En general, las facultades privadas han apostado decididamente por la ética y no la ligan tanto, ni por contenido curricular, ni por profesorado, a lo legal". Altisent coincide con ella y lo achaca a la ausencia de corsés en los centros privados: "Tienen mucha mayor flexibilidad para contratar profesorado y definir la materia de la asignatura. En las públicas, arañar 3 créditos a un colega puede ser un casus belli".

Antes, después... o siempre

La ubicación de las competencias éticas en el plan de estudios también es motivo de controversia. En general, docentes y alumnos creen que se imparten muy pronto (en primero o en segundo) y que convendría retrasarlas. "Creo que la asignatura no está en el lugar adecuado. Sería más conveniente darla a partir de tercero, cuando el estudiante ha comenzado ya sus prácticas obligatorias, se enfrenta a casos reales y tiene una visión más genérica de la Medicina", opina Nicolás Jouve de la Barreda, presidente del comité organizador de los dos congresos (el nacional y el de estudiantes) que la AEBI celebrará en octubre en Alcalá de Henares. Plenamente de acuerdo con él, Coral Arriola, coordinadora de los estudiantes de Medicina en ese mismo congreso, afirma que "ver esta asignatura en primero te enfrenta con casos y situaciones que, muchas veces, ni siquiera te habías planteado. A partir de tercero, cuando te enfrentas al hospital y a las prácticas clínicas, estás en mejor disposición para contextualizar y valorar su importancia".

·    Los docentes coinciden en que la privada tiene más flexibilidad para definir la asignatura y 'fichar' profesores

Altisent (que ha dado la materia en segundo, y ahora lo hace entre tercero y cuarto) coincide en que ofertarla en primero es "un tanto precipitado", pero matiza que no es un problema de ubicación, sino de concepto: "Coincido con el planteamiento que el Grupo de Bioética del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) hizo en su Guía de Recomendaciones Éticas (Premio Mejores Ideas de DM en 2009). Allí se deja claro que la formación en bioética debe ser transversal y longitudinal; no se puede limitar a una asignatura, se dé cuando se dé, sino desplegarse a lo largo de todo el grado y empapar a todas las asignaturas".

Es más, Altisent añade que "todos los profesores de la facultad deberían implicarse en esa formación, y no dejarla sólo en manos de los docentes específicos. Para el alumno tiene mayor impacto y predicamento que el profesor de Neurología le hable de las implicaciones éticas que tiene, por ejemplo, el abordaje de un caso de esclerosis lateral amiotrófica, que lo haga el profesor de Bioética".

Grupo Incluyente

Atajar esa enorme variabilidad, fijar líneas comunes de actuación y compartir experiencias son, precisamente, los objetivos de la red de profesores que surgió a principios de septiembre en el Curso de Verano de la Cátedra de Profesionalismo y Ética de Zaragoza, patrocinado por la Universidad y la Organización Médica Colegial. "De momento, se han sumado 15 facultades, pero hay otras 10 que han manifestado su intención de hacerlo, además de las adhesiones individuales de docentes de bioética en masters y expertos en esta materia. Nuestra idea es que sea un grupo lo más incluyente posible y, de hecho, queremos que también participen los estudiantes de Medicina, que, a la postre, son los destinatarios", concluye Altisent.

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