El pregón. Sin ética, cada vez más bochornoso.

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Por José Manuel Belmonte, Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo. Miembro de CíViCa. Publicado en el Blog del autor Esperando la Luz, el 24 de Febrero de 2018.

La evolución política, social y cultural de este país, últimamente, ha sido tan vertiginosa que se volatiliza. Es como si la sociedad fuera más leve, menos profunda. En general, para la mayoría de la gente, no es reconocible la política sin corrupción; la desigualdad social se ha incrementado;  y, culturalmente, hemos entrado en un caos humano sin principios, sin respeto, sin valores y sin ética. Las noticias que nos sirven las televisiones son su reflejo. No acertamos a convivir sin que todo se judicialice.

Algunas cosas saltan de la calle a los móviles y se convierten en «viral». Se ha pasado de reclamar la libertad,  a la violencia  verbal  y a veces física y sexual. De uno de esos hechos va hoy mi artículo.

El alcalde de Santiago, Martiño Noriega, abrió la puerta a Carlos Santiago, supuesto humorista-actor para pregonar el  carnaval gallego. Y envuelto en una capa de Santiago y con sombrero, desde allí ha insultado gratuitamente,  a una Madre y al mundo entero.

Este zafio («persona  inculta, que no tiene finura» según el diccionario), ha insultado desde allí, gravemente, y también gratuitamente, a la Madre de Jesús y al Apóstol Santiago.

Al desconocido patán: («hombre que se comporta de forma ignorante, tosca y grosera»)  no se le ocurrió otra cosa, en carnaval, que hablar del «tamaño de los huevos del Apóstol»,  y llamar «puta» a la Virgen y, situar a la Pilarica practicando una felación al mundialmente famoso Santo de la ciudad que lleva su nombre.

Vuelvo al diccionario de la lengua para comprobar que «insultar gratuitamente» es ofender a alguien provocándolo e irritándolo con palabras o acciones. Quiere decir que «insultar gratuitamente» es igual (o equivalente) a «sin fundamento». Afirmar gratuitamente, o acusar gratuitamente, insultar gratuitamente, «sin fundamento», es… calumniar, difamar, menospreciar. Lo cual, aunque no lo sepa, es un delito. Es lo que ha hecho ese «cantamañanas» «persona informal, irresponsable y que no merece crédito», según la Real Academia Española (RAE).

Un insulto es una expresión que el emisor utiliza con la intención de lastimar y de ofender a otro. No es de extrañar que, generalmente, el insulto  sea una práctica social reprochable.

El insulto es una bajeza, que además de cobardía implica alevosía («haberse asegurado quien comete un delito contra las personas de que no corre ningún riesgo que pudiera provenir de una reacción defensiva por parte de la persona atacada»). Los insultados soezmente y gratuitamente, de momento, no van a responder por estar fuera de esta dimensión.

Pero ojo, «insultar o calumniar gratuitamente», no quiere decir que salga gratis, ni ahora ni nunca. Está tipificado.

Según la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, en el artículo 205, se dice que «es calumnia la imputación de un delito hecha con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad«. Y el artículo 206 añade que las calumnias serán castigadas con las penas de prisión de seis meses a dos  años…Y la divulgación y publicidad es  un agravante ya que cuando haya sentencia se obliga a que sea publicada.

Si se ha hecho «viral» es porque, de alguna forma, algunos lo han archivado y no ha pasado desapercibido. No se olvide que quien lanzó la acusación tiene memoria y consciente o no en ella se archiva lo que dice y lo que hace. Queda archivado en la consciencia de quien ha sido ofendido, y de quienes lo han escuchado.  Y según el art 207  únicamente «quedará exento de toda pena probando el hecho criminal que hubiere imputado«.

Y hay otro agravante. Descargó su odio y su calumnia, sabiendo que María es también Madre de los cristianos; y la Pilarica es también la Patrona de España; que el Apóstol Santiago es también Patrón de España. Con lo cual, por si no lo entiende, estoy afirmando que ha ofendido gratuitamente a millones de cristianos, en España y en el mundo;  y… a los  convecinos de la ciudad de Santiago y a todos los ciudadanos españoles.

Son sinónimos de «patán», grosero, maleducado, obsceno, ordinario, chabacano, paleto, rústico, soez, vulgar, zafio, cazurro, bobo, bruto, idiota, necio, palurdo, simple, tonto. Pero además, lo que ha dicho el supuesto «humorista»,   es… una barbaridad. Sabe quién es María, quien es la Virgen del Pilar y quien es Santiago. Es alevosía, no ignorancia.

Se puede ignorar que millones de personas, a lo largo de los siglos,  han sido atraídas y se han puesto en marcha para llegar por los distintos Caminos a Compostela; se pueden desconocer las historias personales, la procedencia nacional de los peregrinos en el Camino de Santiago; se puede no haber experimentado qué se siente a la vista de Santiago desde el Monte do Gozo, pero, ser invitado a pregonar una celebración festiva y, ante familias enteras, lanzar gratuitamente, calumnias tan burdas, parece demasiado, aunque sea carnaval.

Claro que eso no se hubiera producido sin la complicidad de Martiño Noriega, (actual alcalde), que además de invitarle como pregonero, ha tenido la desfachatez de justificar sus indecentes palabras, alegando que «La interpretación de Carlos Santiago se enmarca dentro del contexto cultural». O sea. Espero, que los votantes lo recuerden.

Parece evidente que, poco a poco se está perdiendo en este país el «sentido común». Todos deberíamos saber, -y los políticos los primeros- que no todo vale, ni está permitido. La libertad de expresión no es el único derecho, ni ampara el delito. Por ideología o por odio, no se puede atacar gratuitamente ni al sentido común, ni a  un sentimiento religioso, ni la inocencia de los niños, ni las creencias de un pueblo. «La libertad, sin educación, es siempre un peligro» (J.F. Kennedy).

PRIMERA CONCLUSIÓN:

De esta triste historia, ha salido algo que merece la pena resaltar.  Me quito el sombrero ante un gallego con agallas y un cristiano como pocos.  No he visto en políticos, ni entre personas de otras culturas religiosas, responder y decir tanta verdad como Moncho Borrajo. En su página de Facebook publicó lo que, por su interés, lo reproduzco:

«Alcalde de Santiago de Compostela: Presuntamente es usted un señor y presuntamente su madre es una santa y su padre un caballero. Presuntamente su categoría personal es de alto rango intelectual y también presuntamente es usted un ser HUMANO y RACIONAL. 

Presuntamente tiene creencias políticas, sociales o de cualquier otro tipo y presuntamente su esposa es un ejemplo de madre y de esposa. Presuntamente es usted un hombre respetuoso con los demás, porque exige que también se le respete y presuntamente usted nació de forma natural y de un acto de amor. También presuntamente tiene usted testículos como macho que es y presuntamente en su familia todos son de profesiones respetables y nadie de su familia hace la calle ni se vende por dinero. Me dicen que usted contrató a un presunto “actor” para hacer un pregón del carnaval en una ciudad que vive económicamente de una religión La Católica y presuntamente fue usted elegido democráticamente para el cargo que desempeña.

Pues bien usted y el «actor secundario» me han ofendido al insultar a personas a las que yo quiero y respeto y esto no es presuntamente, es una realidad. A una la tengo como madre espiritual y al otro como compañero de un amigo mío llamado Jesús, al que usted conoce pero no respeta. Claro está que usted presuntamente es un hombre y eso no me lo diría a la cara, porque entonces yo sabría contestarle, pero lo hago desde aquí y con una educación que usted desconoce y eso no es presuntamente, está demostrado. Toda su valentía se quedaría en agua de Borrajas, perdone el toque humorístico personal, si el pregón fuera dedicado a Mahoma el profeta o a Alá el Grande, porque entonces no sería presuntamente, que sus testículos volaran hacia el cielo de Santiago de forma sonora. El Carnaval es libertad, no insulto, es diversión no manipulación, es valentía no cobardía política, pero claro está que usted presuntamente lo sabe, pero no lo practica.

El «actor secundario» que hizo ese derroche de inteligencia e ingenio y aplaudido por usted y toda su presunta familia, no deja de ser un pobre hombre que al no conocerlo nadie, necesita de estos insultos para que su nombre aparezca en la prensa, triste, pero cierto.

Ahora comprendo porque la Virgen del Pilar está sobre una columna, para que el hedor de la gente como usted no le llega. Dicen que Santiago el mayor era un hombre fuerte y valiente, es una pena que no pueda conocerlo a usted y a su amigo el «actor secundario», dos buenas bofetadas de un pescador son para recordar.

Nada más, ya le he dedicado demasiado tiempo, pero me apetecía decirle que presuntamente es usted todo eso que no escribo, por respeto a su madre, padre y demás familia, que no se merecen un trato tan deplorable como usted y el «actor secundario» han tenido con mis amigos María, Pilar y Santiago. Atentamente Moncho Borrajo, si quiere encontrarme no dude en llamarme, estaré encantado de decirle muchas cosas a la cara, pero no creo que lo haga. Le recuerdo que en el Evangelio Jesús dice que si te dan una bofetada pongas la otra mejilla, sí, pero la tercera no dice quien la da ni con qué fuerza».

Un gallego auténtico, un humorista valiente, y un creyente de los pies a la cabeza.

SEGUNDA CONCLUSIÓN

«Insultar gratuitamente», «injuriar gratuitamente» y «calumniar gratuitamente»,  retrata y dice mas del «pregonero» que lo que ha pretendido decir de otros. Si los síntomas de ciertas patologías, delatan la gravedad del enfermo, es cierto que como decía Neruda: «hay heridas que en vez de abrirnos la piel, lo que hacen es abrirnos los ojos». Sus palabras  han abierto los ojos sobre lo que está sucediendo cada vez con más frecuencia en Santiago, y en otros lugares de Galicia y del país.

Como otros, han pensado que se puede, impunemente, atacar una creencia religiosa -a los cristianos-, como en Tenerife, y que eso podía hacerse en el corazón de Galicia. Pero nadie debe olvidar que: «más importante que la religión es la ética». Gandhi decía: «si no tenéis una religión, yo recomiendo una: la verdad».

Aquí se ha faltado gravemente a la verdad y a la ética. Su valor como ser humano, no lo juzgo, aunque se pueda deducir. Pero remito a un sabio árabe, AL-khawarizmi, conocido generalmente como Al-Juarismi. Enseñó a sus compatriotas a descubrir y apreciar el auténtico valor. Era matemático, astrónomo y geógrafo persa​​, musulmán, que vivió aproximadamente entre 780 y 850. Le preguntaron sobre el valor de un ser humano. Les respondió, con un toque matemático comprensible para todos, entonces y ahora:

«Si tiene ética, su valor es =1

Si además es inteligente, agréguenle un 0 y su valor será =10

Si también es rico, súmenle otro 0 y su valor será = 100

Si además es una bella persona, agréguele otro 0 y su valor  será= 1000 .

Pero si pierde el 1, que corresponde a la ética, perderá todo su valor, pues solamente quedarán los ceros, que no tienen ningún valor»

Sin valores éticos ni principios sólidos, no queda nada, solamente delincuentes, corruptos y malas personas.

¡Ojalá, ninguna día del año, nadie perdiera el 1!  Sería, para todos, una fiesta y una base sólida para la convivencia. Nos importa a todos: “O vivimos todos juntos como hermanos, o pereceremos todos juntos como idiotas” (L. King).

Y para quien lo entienda, terminar diciendo que hay una ética, sublime, que es la ética del amor.

BELMONTE
BELMONTE
Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CíViCa