Olvidados, de las últimas catástrofes.

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Por José Manuel Belmonte, Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CíViCa. Publicado en el Blog del autor Esperando la luz el 28 de Octubre de 2017.

Recordar a los olvidados no es fácil, porque a los poderosos y a los medios de comunicación no les interesan. No quieren verlos, porque tienen otras prioridades.

Generalmente, cuando hablamos de los olvidados, pensamos en personas; casi siempre pobres, enfermos, grupos marginales, personas  sin territorio (como los rohingyas), refugiados o, supervivientes de guerras o catástrofes.

Pocos caen en la cuenta de que también hay territorios o países olvidados. Hoy quiero hablar de uno de ellos. Quiero hablarles de una isla privilegiada, de un país que ha pasado de la mañana a la noche en un mes, y desde entonces ha sido olvidado y  con él sus habitantes. Voy a hablar de Puerto Rico (PR).

El dato:

Con una población de 3,4 millones de habitantes,  el 93% de ellos, viven en ciudades y la minoría, 6,2%, en medio rural. El español es su primer idioma y luego el inglés.

PR ha sufrido el paso de varios huracanes este año. Tras el huracán Irma, más de 80 mil personas quedaron sin energía, y dos semanas después llegaba lo peor, el más devastador, el tercero de la temporada en 2017. El huracán María, ha arrasado la isla. En dos imágenes aéreas, una antes y otra después, pueden hacerse una idea de lo sucedido. Hay un apagón general, y casi el total de viviendas e infraestructuras destruidas.

La agencia espacial NASA cuenta con un programa especialmente dedicado a desastres en el que toman imágenes aéreas de las zonas afectadas y las comparan con las tomadas días antes de la inundación/incendio/huracán/terremoto. Así se puede analizar cómo de graves son los daños en base a las viviendas y construcciones derruidas. Tal vez el más claro y elocuente sea el medidor de las luces nocturnas, que es el medidor de civilización.

El 18 de septiembre se emitió la orden de alerta y se abrían 450 refugios, ante la proximidad del huracán María que llegaba con vientos cercanos a los 300 km /hora.  Los vientos de la tormenta se extendían hasta  205 kms desde el centro del huracán. La capital, San Juan, igual que el resto de la Isla, temía lo peor.


El 20 y 21 de septiembre, el huracán María llegó a la isla y, literalmente, la destruyó. Trajo muerte, devastación y ruina a PR, (Estado Libre Asociado, incorporado a EE.UU, con estatus de autogobierno). Quedó sin luz y los daños de tal magnitud que no se podía acceder a ciertos núcleos aislados. No había agua potable. PR «quedó en shock», incapaz de reaccionar (en 2015 se había declarado en suspensión de pagos).

Tal vez esperaban todo de EE.UU, ya que ellos poco podían hacer; pero la respuesta se hizo esperar.

Alejandro De La Campa, director de la Agencia federal para el Manejo de Emergencias en Puerto Rico (Fema, por sus siglas en inglés), dice que la condición de Puerto Rico hace que posiblemente este desastre sea peor que Katrina, Harvey e Irma en la Florida porque aquí no hay carreteras  por donde nos puedan venir a ayudar con camiones. Si fuésemos parte de Estados Unidos continentales, aquí hubiesen llegado miles y miles de camiones con ayuda, así que es una combinación de desastre catastrófico. Los puertos estuvieron cerrados por varios días, los aeropuertos también y las cantidades que se puedan traer es lo que caben en las barcazas.

El presidente Trump visitó Puerto Rico dos semanas después del paso del huracán, a primeros de octubre. Miles de puertorriqueños quedaron decepcionados e irritados con sus acciones. Para Trump, Puerto Rico no ha sufrido «una catástrofe real» como la del huracán Katrina. El 95% destruido, le pareció poco. Había oficialmente 48 muertos aunque cuando se sepa la verdad será de varios cientos. Los rollos de papel arrojados al público, parecieron una burla. El presidente aplaudió el esfuerzo de la ayuda federal,  pero no se tomó en serio la visita, ni prestó la ayuda que esperaban y necesitaban.

Según De La Campa, director de FEMA para el Caribe, que coordina sobre el terreno ayuda federal, hay 3 buques de EE.UU y un número importante de miembros de agencias federales que trabajan en aéreas de seguridad, infraestructuras, energía y comunicaciones, pero está todo destruido y no se puede llegar a todo tan rápido como se desearía.

Por eso, quienes tenían familiares o amigos en Florida o en cualquier lugar de Estados Unidos, salieron en cuanto les fue posible. Muchos buscaron refugio con familiares o amigos allí, porque no había nada.

El éxodo tras el huracán María es normal, es un eslabón más o  continuación de la gigantesca emigración que comenzó a principios de siglo. Como consecuencia del huracán han salido más de 60.000, y se espera que lo hagan muchos más. El centro de estudios portorriqueño, piensa que pueden llegar en un futuro próximo a los 475.000, que se unirían a los 5,4 millones de puertorriqueños que ya están en territorio continental estadounidense. Así que la excolonia española en la isla se está quedando vacía y en la miseria.

Alguien me informaba el 14 de octubre: «en PR las cosas siguen muy mal. La mayor parte de la gente sin electricidad. Las filas para comprar comida son de horas. Parece Cuba o Venezuela… una verdadera pena. Mucha gente manda ayuda desde Florida, pero hay demasiadas personas que lo han perdido todo». El suministro no será restaurado  por lo menos en un mes.

Una familia de Florida describía su situación: «Mi mamá sigue en mi casa. Ahora además, tengo a unos primos  con sus dos bebés y mi vecino de toda la vida, con su perrita. Nosotros, encantados con la compañía, pero la incertidumbre de no saber cuándo podrán volver, a ellos los tiene bien tristes».

Se están haciendo colectas, pero «sinceramente,  no sé si algo llega y a quien».   Se necesita restablecer las comunicaciones y suministro de combustible.

Después de un mes de la catástrofe, el Gobierno de Donald Trump ha hecho muy poco por reconstruir PR.  Los niños asisten a la escuela, aunque siguen sin luz y a  veces sin agua. La reconstrucción será lenta y tal vez dramática.

Solidaridad y política, de ida y vuelta.

Los huracanes Harvey, Irma y María dejaron daños en Estados Unidos por miles de millones de dólares.

Así que cinco expresidentes,  el día 21 de octubre, se reunieron en Texas para apoyar un concierto benéfico destinado a recaudar fondos por las víctimas de los huracanes que han asolado el sur del país y el Caribe.

Un hermoso gesto, el de el concierto, los temas de las canciones y los asistentes por una noble causa. El cantante country Lee Greenwood abrió la velada musical con el tema «Proud To Be an American» (Orgulloso de ser estadounidense).

Los exmandatarios lo siguieron desde la primera fila. «Como expresidentes queremos ayudar a nuestros compatriotas estadounidenses a comenzar a recuperarse»,  había dicho Obama. Subieron al escenario para desde allí escuchar el himno nacional.  Nada menos que tres presidentes demócratas y  dos republicanos  respondiendo a «One american appeal», permitió recaudar 31 millones de dólares (28 millones de euros) procedentes de 80.000 donantes.

Donald Trump no asistió a la cita, pero celebró en un vídeo la «maravillosa» y «vital» ayuda de sus antecesores y el profundo agradecimiento » por vuestra increíble colaboración».

Sin negar lo que tiene de positivo, dejar sus diferencias de lado y unirse por una causa humanitaria, lo verdaderamente importante es, cómo se reparten las ayudas a los damnificados (La gente solidaria, va y ayuda).

No se debe  olvidar que George W. Bush, venció en Florida por estrecho margen, por lo que se alzó con la presidencia de la EE.UU. Obama, había vencido también allí en 2008 y luego en 2012. Y Trump  gano las elecciones en Florida por 112.911 votos.

La respuesta de Trump a PR puede ser decisiva ahora y para el futuro; tanto si es buena, como si no lo es y, tanto para los portorriqueños, como para EE.UU.   Así que PR y el huracán María, y la generosidad o la cicatería  a los damnificados, tendrá consecuencias. Puede afectar a la futura reelección del Presidente de U.S.A.

No se olvide que  los puertorriqueños, no pueden votar si están en la isla.   Pero pueden hacerlo si están en suelo americano, por ejemplo en Florida. Luego cuantos más lleguen y residan en territorio de EEUU, serán más los potenciales votantes, (generalmente demócratas, aunque moderan su tendencia).

Darren Soto, es un ejemplo de que la inmigración puertorriqueña ya ha cambiado Florida. Es el primer representante puertorriqueño salido de ese estado ya que fue electo como representante del distrito 9 de Florida, que incluye la ciudad de Kissimmee y partes de Orlando.

Así que, el huracán María y el mismo Trump, han lanzado la precampaña electoral de 2020.

Otras ayudas con nombre propio (algunos, porque son muchos)

José Andrés, reconocido cocinero español alimenta a un millón de personas en Puerto Rico, por medio de su organización «World Central Kitchen» (sin ánimo de lucro), en las 3 semanas que lleva en la isla.

Ha establecido una serie de 15 cocinas volantes  en toda la isla, con sus chefs (Enrique Piñeiro, Víctor Rosado, Wilo Bennett y Manolo Martínez) y la colaboración de 500 voluntarios. Han empleado 10 camiones de comida, que han repartido diariamente 120.000 raciones a otras tantas personas necesitadas.

PR se convirtió en un refugio seguro para los que viven en las islas circundantes y pedía ayuda.

Innumerables artistas han hecho un esfuerzo para ayudar. Tanto en los conciertos, como gracias a sus donativos.

Un día antes que la devastación de PR, se produjo el terremoto de México.  Para los hispanos era muy difícil no pedir ayuda para los damnificados de uno y otro.

No podré decir el nombre de todos los que han ayudado o pedido ayuda para  esta gran causa. Pero no quiero terminar sin mencionar a quien ha sabido englobar, como ciudadano del mundo, dos tragedias diferentes y devastadoras, la de Puerto Rico y la del terremoto de México. Quiero terminar  con el mensaje y las palabras de:

Plácido Domingo:

«Queridos amigos de Méjico y de Puerto Rico: He seguido con preocupación y tristeza las noticias sobre el terremoto de este pasado 19 de septiembre… y la incomprensible coincidencia de que haya ocurrido en el aniversario de lo que vivimos hace 32 años (de tragedia para mi familia también).

Un día más tarde el huracán María, igualmente catastrófico, arrasó la isla  de PR, donde tengo tantos amigos… Todos juntos vamos a levantar a nuestro querido México y a la isla de PR. Cualquier apoyo es bueno y necesario para que podamos reconstruir clínicas, colegios y viviendas y se puedan rehacer  vidas y recuperar la esperanza».

Cada grano de generosidad cuenta y han sido muchos y lo seguirán siendo. No por pequeños, menos generosos y menos valiosos para, ENTRE TODOS AYUDAR, a la reconstrucción de la vida, la vivienda y la esperanza.

BELMONTE
BELMONTE
Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CíViCa