El Nobel de Química 2020, un agravio comparativo con el de Física.

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Por José Manuel Belmonte, Dr. En Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CiViCa. Publicado en su blog Esperando la Luz el 19 de septiembre de 2020.

Me alegra la concesión del Nobel de Física el día 6 de octubre, al británico Roger Penrose, al  alemán Reinhard Genzel y la estadounidense Andrea Ghez, por sus investigaciones sobre «los agujeros negros» del universo.

Según la Academia Sueca, la contribución a la ciencia de los galardonados ha sido proporcionalmente importante. Penrose, se lleva la mitad del galardón por demostrar que la formación de un agujero negro es una predicción sólida de la teoría de la relatividad; y los otros dos galardonados se reparten la otra mitad, por el descubrimiento de un objeto compacto en el centro de nuestra galaxia.

Andrea Ghez, es la cuarta mujer que gana un primo Nobel de Física. Quiere decir que hasta ahora los premiados han sido mayoritariamente hombres. Enhorabuena a los tres galardonados. ¡Nada que objetar!

En los Nobel de Química otorgados el miércoles 7 de octubre, han sido galardonadas dos científicas. Las galardonadas  por la Academia Sueca de Ciencias en Estocolmo, han sido Emmanuelle Charpientier y Jennifer Doudna. Las premiadas descubrieron una de las herramientas «más afiladas de la tecnología genética»: las tijeras genéticas CRISPR-Cas9, apuntó la Academia.

Es cierto que desarrollaron la técnica CRISPR-Cas9, tijeras genéticas, que permite cortar el ADN en una posición concreta. La idea de poder seccionar el código genético a voluntad de forma muy precisa ha revolucionado la ciencia desde entonces pues permite editar fácilmente el genoma, algo casi imposible antes.  Pero, eso suponía «algo que cortar».

Ellas no han mentido, ya que confesaron que comenzaron a trabajar en esa dirección gracias al escrito del español Mojica, en 1993.

1) En Suecia, han pasado por alto ese dato importantísimo de un investigador español.

Hay que decir que, CRISPR, es un invento de la naturaleza. Estaba ahí, pero han ignorado a quien lo descubrió y le puso nombre.

Los científicos españoles, los universitarios y los ciudadanos de a pie,  esperaban un reconocimiento por parte de la Academia Sueca,  del pionero,  porque no podrían cortar los trozos de ADN si alguien no hubiera descubierto que se disponían en forma de Repeticiones palíndromas agrupadas regularmente.

En el premio se han apropiado del CRISPR, sin referirse ni premiar al científico que lo descubrió, y que ha podido cambiar nuestro futuro en materia de medicina, biología, e incluso de la pandemia que padecemos actualmente: Francisco J. Martínez Mojica  microbiólogo, investigador y profesor  titular del Departamento de Fisiología, Genética y Microbiología de la Universidad de Alicante.

Desde su tesis doctoral puso atención  especial en los trozos integrados de ADN viral, que se insertan en forma de Repeticiones palíndromas – que se leen igual hacia adelante que hacia atrás- cortas, espaciadas agrupadas  regularmente: CRISPR, acrónimo que él mismo acuñó: Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats.

Él descubrió que en la edición genómica había una serie de frecuencias que se repetían, y entre ellas un espacio. La primera vez ese mecanismo de repetición lo encontraron en el año 2002, casi por azar, en los microorganismos que crecen en las salinas de Santa Pola, en Alicante (España). Ahí pudieron encontrar la utilidad de las repeticiones o secuencias palindrómicas. Luego, en 2003, también casi por casualidad su utilidad, ya que pudieron comprobar por qué un virus no era capaz de infectar a la bacteria, porque ella se había dotado de un sistema inmune.

El equipo de Mojica equipo fue el primero en indicar (en 2005)  que las secuencias CRISPR podrían relacionarse con la inmunidad de las bacterias ante el ataque por ciertos virus. Pero les llevó hasta 2012 descubrir como intervenían en cada fase del proceso.

Personalmente conocía esos datos cuando el 31 de agosto de 2019, publiqué algo para dar ánimo a alguien, porque la edición genómica permitirá erradicar enfermedades hereditarias, no solo en el paciente sino también en sus descendientes. (http://belmontajo.blogspot.com/2019/08/el-cancer-se-pueden-curar.html).

Volví sobre el tema el 4 de octubre de 2019 ya que en el «corta y pega» había un aspecto bioético, por el que el científico chino He Jiankui había dado el primer paso (https://youtu.be/C9V3mqswbv0) y que merecía una consideración, sin pasarlo por alto. (http://belmontajo.blogspot.com/2019/10/la-bioetica.html).

Lo digo, porque tanto Mojica, como los científicos españoles, los universitarios y los periodistas  que reclamaban para el El Nobel, nos temíamos la injusticia que se acaba de producir. Ya le pasó al francés J. Lejeune descubridor del «trisoma 21», por haber protestado  en Estados Unidos, por la utilización que estaban haciendo.

Hoy los medios de comunicación, reconocen que El Nobel de Química deja fuera al padre de la edición genómica, aunque ya había recibido el premio de Medicina del Albany Medical Center Prize de EEUU.


En honor a la verdad, España ha sido la primera no premiar y en desaprovechar la importancia del descubrimiento del investigador alicantino, al negarle sistemáticamente el reconocimiento del premio Príncipe/Princesa de Asturias.

En 2008, el Gobierno tumbó el proyecto que inspiró el premio Princesa de Asturias, ya que  el Ministerio de Ciencia denegó fondos al investigador.

Así que siguiendo la senda abierta en 2015 por el Premio Príncipe de Asturias, ahora el comité del Nobel ha ignorado la aportación del biólogo español Francis Mojica al copypaste genético y se ha limitado a premiar a sus colegas Emmanuelle Charpentier y Jennifer Doudna

  Y 2) En Suecia, se ha producido además, un agravio comparativo con el Nobel de FÍsica.

La mitad del importe del Nobel de Física, fue para el investigador de los agujeros negros. La otra mitad para los 2 descubridores de un objeto compacto en el centro de nuestra galaxia, pero nada relacionado directamente con el otro premiado.

Tal vez como los premios de Física han ido siempre para hombres, los componentes de la Academia vieron la posibilidad de incluir, en esta ocasión a una mujer. Lo hicieron.

Pero es ahí, donde se produce el agravio comparativo en Química. Se otorga a las 2 científicas, que no habían descubierto la secuencia CRISPR, pero sí se habían servido del descubrimiento, para desarrollar la formula de las tijeras para cortar eficazmente las secuencias de las repeticiones palíndromas.

Y el agravio se producía contra un hombre, un científico español:  Francis Mojica que hizo el descubrimiento que estaba en la naturaleza, (como América estaba ahí antes de la llegada de Colón), pero nadie antes lo había hecho.

Esta ignorancia, este puentear a un científico que ha aportado mucho a la Humanidad, y que además es hombre y español, es una afrenta para la Ciencia y para la España.

Parece como si quien sostiene la balanza de la Justicia -científica en este caso- se haya quitado la venda para dejar al descubierto la fuerza imperante del feminismo.

Esperemos que alguien de este país y el de los Nobel, tenga a bien aclarar ¿Por qué?

BELMONTE
BELMONTE
Dr. en Ciencias Humanas por la Universidad de Estrasburgo, miembro de CíViCa