¿COVID-19 hasta cuándo?

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Por Vicente Soriano, médico especialista en enfermedades infecciosas, Profesor de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UNIR y Editor jefe de AIDS Reviews (www.aidsreviews.com). Publicado en su Blog Vicente Soriano, médico e investigador, el 10 de mayo de 2020.

¿Hasta cuándo durará la pesadilla del COVID-19? Hay indicios de que se desvanece. Por fin podemos pasear o hacer deporte en la calle, eso sí con horarios distintos según la edad. Muchos comercios ya han abierto y muchas empresas han reanudado el trabajo. A pesar de todo, las medidas de distanciamiento entre las personas, las mascarillas y los hidrogeles para lavar las manos nos recuerdan que el coronavirus del COVID-19 todavía está al acecho.

Infectados y protegidos

El periodo de contagio de las personas infectadas generalmente no va más allá de una semana. Unos pocos días durante la fase de incubación antes de los síntomas y luego durante los días de tos, fiebre y otras molestias. Después se autolimita en los que se curan. Esos desarrollan anticuerpos y quedan protegidos, al menos de forma parcial y durante 2-3 años. Con el confinamiento de 6 semanas que hemos tenido, las personas infectadas y potencialmente transmisoras, han abortado la cadena de transmisión en su domicilio.

En el momento actual, quedan pocas infecciones activas en distintas zonas. Mientras no haya flujo de personas entre ciudades, esta situación se mantendrá. Nada que ver con el pico de contagios de las primeras semanas de marzo, cuando llegó el tsunami a España. Aún así, más de un 80% de la población continúa siendo susceptible de contagio.

En cualquier caso, los episodios de brotes por “super-transmisores ahora no se darán, por las medidas de prevención vigentes y porque la población está alertada. Además, con inóculos bajos, las manifestaciones clínicas serán leves y, de este modo, caerá la mortalidad por debajo del 1%, poco más que la gripe. Sin embargo, es muy probable que COVID-19 se quede con nosotros para los años siguientes, como uno más de los coronavirus estacionales, reapareciendo cada invierno y causando un 10-15% de los catarros.

En la medida en que no haya desplazamientos de población entre distintas regiones geográficas, donde el COVID-19 ha llegado con semanas de diferencia, la relajación de las medidas de aislamiento no se seguirá de un repunte de casos importante. De algún modo, COVID-19 irrumpió muy bruscamente y parece que se desvanecerá igual de rápido. Contribuirán también, en alguna medida, el clima veraniego, que reduce en general la transmisión de virus respiratorios.

Desescalada: al trabajo más pronto que tarde, pero al ocio más tarde que pronto

Ahora los servicios sanitarios ya están bien experimentados, hay material de protección suficiente, apenas hay médicos y enfermeras en cuarentena o enfermos y, por último, hay camas disponibles en los hospitales, incluidas las de unidades de cuidados intensivos

La urgencia en volver a la normalidad, aunque sea lo que hemos dado en llamar una “nueva normalidad”, es acuciante desde el punto de vista económico. Para un país como España, donde un 13% del PIB viene dado por el comercio que, además, es el sector que más empleos proporciona (17%), prolongar más el encierro acrecienta el riesgo de llevar a muchas familias a la ruina. Además, todos miramos con curiosidad y copiamos lo que hacen nuestros países vecinos, muchos igualmente castigados por COVID-19, como Italia, Francia o Inglaterra. La reapertura es generalizada y, por tanto, tonto el último…

Más difícil lo tiene el sector turístico, que representaba un 12% del PIB en España y proporcionaba un 13% de los empleos. Es previsible que los meses calurosos de este año 2020 los disfrutemos sin compartir con extranjeros nuestras playas, restaurantes, bares y lugares de ocio y recreo. Una España toda para nosotros… sin guiris ¡lo nunca visto!

Comprometidos con nuestro país, además de con nuestros pacientes, los médicos procuraremos ayudar a la recuperación en los momentos difíciles que se avecinan. Habrá test de anticuerpos para todos, también en saliva muy pronto, que permitirán conocer quién se expuso y está ya inmunizado. Son los afortunados que no pueden contagiar ni contagiarse. Además, es de esperar que en los próximos meses se aprueben antivirales eficaces frente al coronavirus. En cualquier caso, sólo la vacuna será la mejor arma frente al COVID-19, aunque es improbable que la tengamos antes de Navidad.

 Formación online

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