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Por José Luis Velayos. Catedrático de Anatomía, Embriología y Neuroanatomía, Profesor Extraordinario de la Universidad CEU-San Pablo – Miembro de CíViCa. Enviado el 25 de julio de 2022.

Los humanos somos seres sociales, sociables, sociabilidad que es esencial para la formación de la propia personalidad. Por otra parte, en el plano teológico, realmente no estamos solos: estamos en la presencia de Dios y unidos unos y otros por la Comunión de los Santos.

¿Qué es el silencio? En un video que se ha propagado en las redes sociales, dice Einstein, de niño, hablando con su maestro, que la obscuridad no existe, ya que es falta de luz. Y podría decirse de forma análoga que el silencio, como es falta desonido, no existe.

Pero no se trata solo de lo acústico, pues la existencia del hombre está plagada no solo de sonidos, sino también de mensajes, interferencias, ruidos, músicas, ritmos, chácharas, deslumbramientos, spots, etc.

Por eso, de acuerdo con tanta variedad, se puede decir que se dan varios tipos de silencio: el silencia en la naturaleza, el silencio EEG, el silencio administrativo, el silencio de Dios, el toque del silencio, la soledad sonora, el silencio que precede a la tormenta, los silencios en una partitura musical, etc., etc.

El silencio acompaña muchas veces a la soledad. Pero realmente, en la práctica no se suele dar una completa soledad, pues no puede haber un silencio total, ya que nos acompañan siempre los pensamientos, las emociones, el bienestar o el malestar corporal, el buen o mal humor, el ruido ambiental, etc., etc.

Hay gentes que, aun viviendo en sociedad, se sienten solas. Y el silencio, y especialmente la soledad, a la larga pueden provocar problemas mentales e incluso físicos, y cerebrales, cuestión que ha de tenerse en cuenta, sobre todo en relación a ancianos que viven solos.

Hasta hace pocos años los ancianos vivían en casa de los hijos; hoy día, muchos ancianos viven solos o si no, en residencias destinadas al efecto.

La soledad del anciano se ve “alimentada” con el envejecimiento de los órganos de los sentidos (fallos en la visión, en la audición, etc.), así como del aparato motor, junto con la menor agilidad mental.

La sustancia gris de las zonas cerebrales relacionadas con los “despistes”, con la falta de atención, el “estar en las nubes”, presenta mayor volumen en las personas solitarias; aunque por otra parte, la sustancia blanca de dichas zonas no ofrece grandes cambios en tales situaciones.

La soledad, el silencio, pueden favorecer el trato con Dios, la presencia de Dios, en suma, la oración,  lo cual no es realmente soledad. Y lo que se necesita para hablar con Dios es,más que silencio, recogimiento.

El cerebro siempre está activo, aunque el individuo esté en silencio. Una de las fases del sueño en que hay mucha actividad, parecida a la de la vigila, es la del sueño REM, que por eso se llama también  sueño paradójico.