Aborto: un marco de referencia – 26 de junio 12 horas Puerta de Alcalá Madrid: Marcha en defensa de la vida y la verdad

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06/06/2022
Te esperamos el 26 de junio en Madrid para defender la dignidad de la vida humana frente a la sinrazón del aborto
07/06/2022

Publicado en ForumLibertas.com  el 3 de  junio, 2022.

Para quien cree en Dios personal, eterno indefinible y misericordioso, sabe que nuestra vida es el don que ha otorgado a sus criaturas y no es de nuestra propiedad; la nuestra y la de cualquiera. Sobre esta afirmación se han construido las páginas más humanas de la historia porque sus ramificaciones son múltiples. Con solo esto se debería zanjar la cuestión del aborto entre los creyentes y entre quienes se asientan en la ley natural. Pero, en pleno siglo XXI, en Occidente, abunda la apostasía, y es necesario recurrir también a una dimensión humana por excelencia: la razón. Un marco de razón debería bastar para demostrar cómo el aborto destruye toda condición de humanidad, más cuando la ciencia ha alcanzado las máximas cotas de conocimiento. De ahí que en el aborto hemos de presentar también el marco de referencia que lo enmarca, basado en la razón de los hechos. Estos son sus perfiles estilizados.

  1. La cristianización de la sociedad a partir de los siglos III y IV llevó a la erradicación de las prácticas abortistas y de los infanticidios.
  2. Esta cultura social de respeto a la vida humana engendrada solo se interrumpió en términos significativos con la Revolución Bolchevique de 1917, con su legalización (1919), incluso su fomento, y se extendió con el triunfo de la Revolución comunista en China en 1949.
  3. El tercer estado que lo legalizó fue Japón, pero no por decisión propia, sino de la autoridad americana de ocupación. Lo que era legal y fácil para las japonesas gracias a la decisión de la autoridad militar, era ilegal o muy restringido en los Estados Unidos
  4. En Suecia (1938) se autoriza el aborto para casos muy excepcionales, y su legalización real no se produce hasta 1975. En la Alemania nazi en 1935, pero solo para los considerados «hereditariamente enfermos», pero sigue prohibido para las mujeres alemanas
  5. No fue hasta 1973, cuando el Tribunal Supremo de los EEUU dio luz verde al aborto con la sentencia «Roe vs Wade» Lo hizo por la puerta de atrás, sin entrar en la legitimidad de dar muerte al ser humano engendrado Su argumento, muy frágil, fue afirmar en base a la Constitución, que la mujer tiene derecho a su intimidad y que el aborto pertenece a este ámbito. Se han formulado muchas objeciones a tal razonamiento, pro sin duda la que tiene objetivamente más peso es que en la Constitución de EEUU no figuran tales derechos.
  6. El precedente de Estados Unidos condujo a una progresiva generalización en Europa: Francia, Austria y Suecia (1975), Alemania y Dinamarca (1976), Holanda (1981), Portugal (1984), España (1985), Grecia (1986) y Bélgica (1990).

Recapitulemos estos perfiles estilizados de la secuencia histórica. El aborto se reintroduce masivamente como una consecuencia de las revoluciones comunistas. Su finalidad básica es disponer de un mayor volumen de mano de obra en el proyecto, tanto en la URSS como en China, de forzar la industrialización, y esto significaba incorporar a las mujeres jóvenes a la fábrica, pero para ello era necesario limitar la posibilidad de maternidad. Esto permite entender mejor que las facilidades para abortar en los regímenes comunistas han fluctuado de acuerdo con sus políticas de población. En el caso de Japón muestra otra utilidad del aborto: limitar en todo lo posible los nacimientos de hijos de japonesas y soldados americanos

Un punto de inflexión se produce con la nueva generación del feminismo WASP de Estados Unidos, que tiene en Betty Friedan y su Mística de la Feminidad (muy poco mística), publicado en 1963, su máximo emblema. Este nuevo feminismo no plantea la igualdad en términos de derechos políticos y sociales, sino sobre todo sexuales: la mujer a diferencia del hombre ve limitada su libertad sexual por el riesgo del embarazo, y su equiparación significa legalizar y facilitar el aborto, lo que con el paso de los años y el refinamiento estratégico del lenguaje serían los derechos reproductivos.

El aborto, esquematizando pasa a ser una cuestión ligada al modo de producción y al control de poblaciones en el modo de vida, que gira en torno a la sexualidad. En eso estamos. Es uno de los vectores más potentes que construye la actual sociedad de la desvinculación basada en la supremacía de la satisfacción del deseo.

Situémonos ahora en el escenario español. Los factores a considerar podemos resumirlos en estos términos:

  1. La primera ley del aborto es recurrida y el dictamen del Tribunal Supremo establece que existe un tercero en la persona del nasciturus, el ser humano que ha de nacer, que es portador de unos determinados derechos, que entran en colisión con la necesidad de la madre de abortar. Recordemos que la primera ley se basaba en los supuestos, y por tanto en una condición de necesidad: violación, malformación extrema del feto y riesgo para la vida de la madre. La confusión se producía, por lo tanto, entre el respeto a la vida humana engendrada y la necesidad de abortar por causa grave de la madre. De esta sentencia hemos de retener que el Tribunal Constitucional establece que hay “un tercero” y esto deja sin efecto todo derecho de la madre a considerar que el ser que ha generado es una simple prolongación suya sin ninguna virtualidad propia. Es aquello que expresa el eslogan de “nosotras parimos nosotras decidimos”, que carece de sentido porque nadie puede decidir sobre la vida del otro, aunque este dependa en todo y para todo del cuidador.
  2. La ley del aborto aprobada por Rodríguez Zapatero y que tiene una génesis propia, suprime los supuestos y sitúa el centro de gravedad en la decisión de la madre y, por tanto, en su deseo subjetivo. Nada que ver con la primera ley. Para que esta decisión pueda producirse es necesario que la nueva norma liquide la existencia del nasciturus. En esta visión el ser humano engendrado no existe, no es nada. Evidentemente, es un absurdo, y esto ayuda a entender porque el recurso a esta ley sigue congelado después de más de 11 años en el Tribunal Constitucional, lo que constituye una afrenta al Estado de derecho y un desprestigio absoluto de la más alta instancia, que debe velar por él y por la aplicación de los principios constitucionales. Es un ejemplo más de la centralidad del aborto en la política actual. Es tan importante que su preservación puede romper con las garantías constitucionales.
  3. Un tercer elemento, que debe ser situado en primer plano, es que cuando el aborto empezó a legalizarse para facilitar las relaciones sexuales de las mujeres, el desarrollo de los métodos de prevención de la embarazada eran limitados. Hoy, en la tercera década del siglo XXI, es evidente que estos han logrado un gran desarrollo y perfección. Por tanto, incluso bajo la lógica del feminismo de la libertad sexual, que implica sacrificar al ser humano engendrado, es perfectamente viable no quedar embarazada sin tener que recurrir al traumático recurso del aborto. El por qué no se articula un discurso político en este sentido constituye otro factor que define el valor emblemático, simbólico, del aborto en el feminismo actual
  4. Pero la contradicción es evidente. Si el feminismo trata de la defensa objetiva de la mujer ¿por qué no fija su atención y forma en la preservación del embarazo y evita el aborto, que en definitiva constituye un daño objetivo, porque en un elevado número de casos su práctica conlleva un estrés postraumático que puede ser grave? Existe toda una ocultación deliberada de la realidad del aborto, como muestra el hecho de que ninguna ley se preocupe de lo que le sucede a la mujer el día siguiente de haber abortado. Las normativas nunca prevén absolutamente nada, como si no existiera aquel shock postraumático. Y se hace así para presentar el aborto como algo inocuo, trivial, cuando no lo es bajo ningún punto de vista, ni tan solo el de la mujer. No es ni tan solo una cuestión de libertad, es todo lo contrario, es una coacción de presentar el aborto como única salida, como sucede también con la eutanasia, que no se plantea como una vía colateral a la que se llega después de haber aplicado con plenitud insuficiente atención, los cuidados paliativos, sino que es la premisa que se sitúa antes de toda paliación, de manera que se niegan los recursos a las políticas públicas para los cuidados paliativos sin el menor rubor. Es el triunfo de determinados símbolos ideológicos, que permiten aglutinar en su entorno los estados de opinión, pero como son tan irracionales, a lo que conducen es a dinámicas de comunicación, legislativas y políticas, que coartan la libertad, la coaccionan, la liquidan, en definitiva. Empujan hacia formas de democracia autoritaria.
  5.  En el ámbito científico el periodo máximo de experimentación con embriones humanos es de 14 días. No es un límite arbitrario como el que establecen las distintas legislaciones sobre el aborto, que permiten la libre decisión de la mujer en un número de semanas que varía de un país a otro. Se trata de una consideración científica. Se considera que a partir de aquellas dos semanas la reproducción celular ya determina la existencia de un nuevo ser humano por esto es el límite. Es el reconocimiento científico de que el aborto más allá de este límite, desde el materialismo más absoluto, significa matar a un ser humano, ni más ni menos
  6. Pero, hay más. Los conocimientos científicos de hoy en día han permitido establecer que, a las pocas semanas, el feto va disponiendo de la red nerviosa que le permite percibir sentir transmitir y procesar el dolor, por consiguiente, la manipulación abortiva causa un dolor en este ser humano, que además es extremo porque los sistemas neurológicos que modulan y controlan ese dolor no están suficientemente desarrollados en el feto y por tanto es mucho más intenso que el que sería equivalente a una persona adulta. Todo esto también se oculta, y es un monumento a la inhumanidad.
  7.  Con la nueva ley española todos los perfiles negativos se acentúan, las menores podrán abortar sin conocimiento de sus padres, que sí que tendrán que soportar las consecuencias que pueda tener en su hija, sin ninguna ayuda por parte de los autores de la ley; es decir, del Gobierno. Se liquida el periodo de reflexión que existe en prácticamente todas las legislaciones, y encima se suprime el sobre que contenía las pobres medidas alternativas al aborto que existen en España. Es una arbitrariedad tan grande que resulta absolutamente increíble. Lo malo es que es verdad y está publicado en el Boletín oficial del Estado.
  8.  Por último, lo que eran malformaciones del feto que permitían abordar en un periodo más avanzado, y que se presuponía que amenazaban gravemente su viabilidad, se ha convertido en una práctica eugenésica masiva, que comporta por ejemplo la eliminación casi total de los niños Down, perseguidos a muerte en la mayoría de los casos desde el momento mismo en que son detectados, o incluso la existencia de un labio leporino justifica en nuestro marco jurídico la muerte de aquel ser humano.

Todo esto es horrible desde el punto de vista humano, porque implica un trasfondo de creencias bárbaras que giran en torno a la satisfacción del deseo sexual, sin aceptar ningún tipo de limitación ni de responsabilidad. No se trata de que hagan abstinencia, sino de que adopten las medidas que existen, y sí por aquello que fuere, se produce el embarazo, que asuman con responsabilidad su consecuencia, que dejen fluir la vida, y que, en todo caso, si no lo quieren entreguen a aquel nacido a alguna de las muchísimas familias que serán felices en acogerlo.

Y recuerda: unas fechas a las que no puedes faltar:

8 de junio 19 horas de España asamblea de la alternativa cultural de FórumLibertas. Rellena el formulario adjunto para inscribirte:

Ir a https://www.forumlibertas.com/aborto-un-marco-de-referencia/

26 de junio 12 horas Puerta de Alcalá Madrid inicio de la gran manifestación:

Marcha en defensa de la vida y la verdad. ¡Nos jugamos la vida! Basta ya de leyes contra la verdad y la naturaleza humana